El héroe por Gracián


Contexto

El retrato del héroe tiene una clara tradición en la literatura europea y particularmente en las cortes renacentistas de Italia y España. Estas cortes evolucionaron al compás de los cambios sociales, económicos y culturales que trajo consigo el pensamiento renacentista, especialmente el humanismo. Estas ideas quedaron plasmadas en las obras de Castiglione en Il Cortegiano (1502, 1528), Machavelli en II Principe (1532), y Gracián en El Héroe (1637), El discreto (1646) y Oráculo manual y arte de prudencia (1647).

Castiglione compuso durante el período dorado italiano del Quattrocento, que influyó en autores ingleses del Renacimiento como Shakespeare. Los isabelinos encontraron en Castiglione un ideal cortesano, pero en los escritos posteriores de Gracián, durante el Siglo de Oro español, el brillo fue decayendo y el mundo de la corte se reveló como corrupto. A principios del siglo XVII no es casualidad que Cervantes ya se hubiera burlado de los ideales caballerescos en El Quijote (1605, 1615).

Sin embargo, Gracián hace un esfuerzo por vincular su degradada experiencia cortesana actual con los ideales del pasado, en un intento de señalar una moralidad superior a la degradada atmósfera cortesana. El héroe es ese ideal superior de rectitud y conducta ejemplar.

El contexto de los escritos de Gracián fue la Corte española de la primera mitad del siglo XVII, encabezada por el rey Felipe IV (1605-1665), también rey de Portugal. El gobernante patrocinó las artes, especialmente a Velázquez, y era poeta. Reinó durante la desaparición gradual de la hegemonía de España, reflejada en parte en Las Meninas de Velázquez. En El héroe, Gracián luchó contra este lento declive, al igual que el conde-duque de Olivares, el primer ministro(valido), en una política destinada a restaurar el poder de España en Europa. Esto condujo a guerras contra los holandeses (1621), los suecos (1634) y los franceses (1635), que llevaron a España a la bancarrota y provocaron la rebelión de Cataluña y la pérdida de la independencia de Portugal (1640).

El héroe de Gracián es heredero de los escritos renacentistas sobre los cortesanos, pero culturalmente se sitúa dentro de la Contrarreforma y retrata a un héroe que se aleja de la imagen dominante del hombre universal del siglo XVII. Esto convierte al héroe de Gracián en una figura imaginaria, el antihéroe. Las cualidades y conductas excepcionales de su héroe son las de un individuo que ya no es heroico.

Resumen

El héroe (1637) de Gracián (1601-1658), jesuita español, analiza las características de un verdadero héroe, destacando la sabiduría, el coraje y la moralidad.

Al lector 

Gracián establece su objetivo de explorar el heroísmo centrándose en el carácter y la moralidad del sujeto. Para él, el verdadero heroísmo no es cuestión de fuerza o valentía, sino de sabiduría y autocontrol. Anima a su público a alcanzar estándares de conducta más elevados a través de la superación personal y de principios éticos. Su prefacio invita al lector a la autorreflexión y a los valores del héroe en un mundo superficial.

Primor I: Que el héroe platique incomprehensibilidad

Gracián sugiere que el verdadero héroe debe ocultar toda la extensión de sus habilidades y capacidades. Gracián propone que la sabiduría y la discreción son rasgos vitales para cualquiera que aspire a la grandeza. Al no revelar todas sus fortalezas, los héroes pueden mantener un elemento de sorpresa y protegerse de la envidia y la competencia.

Gracián sostiene que quienes se muestran demasiado confiados o hacen alarde de sus habilidades pueden atraer una atención y una rivalidad innecesarias. En cambio, un héroe debe cultivar un aura de misterio, que permita que los demás le subestimen. Este ocultamiento estratégico no solo ayuda en las relaciones sociales, sino que también mejora la eficacia del héroe para lograr sus objetivos.

El capítulo destaca la importancia de la autoconciencia y de la capacidad de saber cuando mostrar los propios talentos y cuando contenerse. De este modo, un héroe puede afrontar los desafíos con mayor habilidad y mantener una ventaja sobre sus adversarios.

Primor II: Cifrar la voluntad 2

Gracián destaca la importancia del autocontrol y del arte de la discreción para un verdadero héroe. Sostiene que un héroe debe dominar sus emociones y pasiones, presentando al mundo un exterior sereno. Este ocultamiento no consiste en reprimir los sentimientos, sino en gestionarlos sabiamente para mantener la dignidad y la autoridad.

Gracián sugiere que revelar las propias pasiones puede llevar a la vulnerabilidad y puede ser aprovechado por otros. Un héroe debe cultivar un aire de misterio, permitiendo que los demás lo perciban como fuerte e inquebrantable. Al hacerlo, puede enfrentarse a las interacciones sociales de manera más efectiva y mantener una posición de respeto e influencia.

El capítulo destaca el equilibrio entre la autenticidad y la presentación estratégica de uno mismo, abogando por un enfoque calculado de las emociones para alcanzar objetivos personales y sociales.

Primor III: La mayor prenda de un héroe

En el capítulo 3, Gracián destaca la importancia de los atributos mentales y del carácter del héroe. Sostiene que un verdadero héroe debe poseer una mente bien formada, caracterizada por la sabiduría, el discernimiento y la capacidad de pensar críticamente.

Gracián analiza la necesidad de tener un intelecto equilibrado, que combine la razón y la intuición. Destaca el valor del conocimiento y la capacidad de aprender de las experiencias, sugiriendo que un héroe debe ser reflexivo y capaz de comprender situaciones complejas. El capítulo también aborda la importancia de la inteligencia emocional, ya que un héroe debe inspirar a los demás.

Además, Gracián advierte contra los peligros de la arrogancia y la superficialidad, y aboga por la humildad y la profundidad de carácter. Sugiere que un héroe debe cultivar virtudes como la paciencia, el coraje y la integridad, que contribuyen a un carácter fuerte y admirable.

Primor IV: Corazón de rey

Gracián se centra en las cualidades emocionales y morales que definen un verdadero héroe. Destaca que el corazón de un héroe debe caracterizarse por la nobleza, la generosidad y un profundo sentido de la justicia.

Gracián sostiene que un héroe debe poseer un corazón compasivo, sensible a las necesidades y el sufrimiento de los demás. Esta empatía le permite al héroe conectarse con la gente e inspirar lealtad y admiración. También destaca la importancia del coraje, no solo para enfrentar desafíos físicos, sino también para defender lo que es correcto, incluso frente a la adversidad.

Además, Gracián analiza la importancia de la integridad y el honor, y sugiere que un héroe debe guiarse por principios éticos sólidos. Un verdadero héroe debe ser confiable y cumplir con sus compromisos, ya que esto genera respeto y credibilidad entre sus pares.

El capítulo también aborda la idea del altruismo, según la cual un héroe prioriza el bienestar de los demás por encima de su beneficio personal. Gracián concluye que el corazón de un héroe debe ser una mezcla de fuerza y ​​compasión, lo que le permite liderar con autoridad y amabilidad.

Primor V: Gusto relevante

Gracián escribe sobre la importancia del discernimiento y el refinamiento en el carácter de un héroe. Sostiene que los verdaderos héroes no sólo poseen fuerza y ​​coraje, sino también un sentido del gusto cultivado que les permite apreciar la belleza, el arte y las cosas buenas de la vida.

Gracián sugiere que este gusto exquisito es esencial para que un héroe participe en situaciones sociales e inspire admiración y respeto en los demás. Implica una comprensión de la estética, la ética y la capacidad de tomar decisiones juiciosas que reflejen un profundo aprecio por la calidad y la virtud. El capítulo destaca que los héroes deben ser capaces de distinguir entre lo que es verdaderamente valioso y lo que es superficial, mejorando así su reputación e influencia.

En general, Gracián aboga por un equilibrio entre la sensibilidad intelectual y la estética, afirmando que la grandeza de un héroe no se define únicamente por sus acciones, sino también por su capacidad de apreciar y encarnar la belleza en diversas formas.

Primor VI: Eminencia en lo mejor

Gracián analiza la importancia de esforzarse por alcanzar la grandeza y la nobleza en las acciones y el carácter. Destaca que un verdadero héroe no solo debe aspirar a la excelencia personal, sino también a alcanzar metas significativas y admirables que eleven su estatus e inspiren a los demás.

Gracián sostiene que la grandeza de un héroe se define por su compromiso con ideales nobles, como el honor, la integridad y la virtud. Este capítulo destaca la necesidad de que los héroes se comprometan con actividades que contribuyan positivamente a la sociedad y reflejen sus altos estándares morales. Al sobresalir en grandes y nobles esfuerzos, un héroe puede dejar un impacto duradero y servir como modelo a seguir para los demás.

Gracián también señala que la verdadera nobleza no es sólo una cuestión de nacimiento o estatus social, sino que se gana a través de las acciones y el carácter. Anima a las personas a cultivar sus habilidades y esforzarse por alcanzar la excelencia en todos los aspectos de la vida, encarnando así las cualidades que definen a un verdadero héroe. El capítulo refuerza la idea de que la grandeza se logra mediante la dedicación a causas nobles y la búsqueda de ideales más elevados.

Primor VII: Excelencia de primero

Gracián subraya que un verdadero héroe cultiva una mente fuerte y disciplinada, que sirve de base para todas las demás virtudes y logros.

Sostiene que una mente bien ordenada permite a una persona afrontar los desafíos con sabiduría y claridad, tomando decisiones acertadas que reflejan integridad y propósito. El capítulo sugiere que la fuerza interior y el rigor intelectual son esenciales para alcanzar la grandeza, ya que permiten a una persona elevarse por encima de las distracciones y tentaciones del mundo.

Gracián anima a los lectores a participar en la autorreflexión, el aprendizaje continuo y el cultivo de virtudes como la paciencia, la humildad y la resiliencia. Al priorizar la excelencia mental y moral, uno puede convertirse en un verdadero héroe, capaz de inspirar a otros y tener un impacto significativo en la sociedad.

Primor VIII: Que el héroe prefiera los empeños plausibles

En este capítulo se hace hincapié en la importancia del autocontrol y la capacidad de gestionar las propias emociones y deseos. Gracián sostiene que un verdadero héroe debe poseer un fuerte sentido de la disciplina, ya que esta fuerza interior es crucial para mantener el foco y alcanzar objetivos a largo plazo.

Destaca que el autocontrol permite a los individuos resistir las tentaciones y distracciones que pueden llevarlos por mal camino. Al dominar sus impulsos, los héroes pueden actuar con propósito e integridad, tomando decisiones que se alinean con sus valores y aspiraciones. Gracián también analiza la importancia de la paciencia, sugiriendo que un héroe debe estar dispuesto a soportar dificultades y reveses sin perder de vista los objetivos.

La verdadera grandeza surge del interior, y cultivar la autodisciplina y la resiliencia emocional es esencial para cualquiera que aspire a ser un héroe. Al priorizar estas cualidades, las personas pueden enfrentar los desafíos de la vida con gracia y surgir como líderes que inspiren a los demás.

Primor IX: Del quilate rey

Gracián afirma que cada individuo posee una fortaleza o características únicas que pueden aprovecharse para alcanzar la grandeza. Reconocer y cultivar esta cualidad es esencial para el desarrollo personal y el liderazgo eficaz.

Gracián anima a los lectores a reflexionar sobre sus puntos fuertes y a identificar la virtud que más destaca en su carácter. Este autoconocimiento permite a los individuos aprovechar sus capacidades inherentes en pos de sus metas y afrontar los desafíos de manera más eficaz. Al perfeccionar su cualidad predominante, los héroes pueden potenciar su influencia e inspirar a los demás.

Además, Gracián escribe que, si bien es importante reconocer las propias fortalezas, es igualmente vital ser humilde y consciente de las propias limitaciones. Un verdadero héroe equilibra la confianza en sus habilidades con el compromiso de crecer y mejorar continuamente.

Subraya la importancia de la autoconciencia en el camino para convertirse en un héroe, destacando que comprender y desarrollar sus virtudes únicas es clave para lograr un éxito duradero y generar un impacto positivo en el mundo.

Primor X: Que el héroe ha de tener tanteada su fortuna al empeñarse

El enfoque de Gracián en este libro se centra en comprender la naturaleza de la fortuna y la importancia de reconocer las circunstancias que configuran la vida de una persona. El autor considera que un verdadero héroe debe ser consciente del "tipo y carácter" de su fortuna, es decir, debe comprender las influencias y condiciones que afectan a sus éxitos y fracasos.

Gracián sugiere que la fortuna no es solo una cuestión de suerte, sino que también está influenciada por las acciones, las decisiones y el entorno. Un individuo sabio evaluará su situación, se adaptará a ella y aprovechará al máximo las oportunidades que se le presenten. Gracián alienta a los lectores a cultivar la autoconciencia y a ser estratégicos al manejar su fortuna, destacando que un héroe no solo se define por sus habilidades, sino también por su comprensión de las fuerzas que intervienen en su vida.

El capítulo es un recordatorio de que el conocimiento de las circunstancias es crucial para alcanzar la grandeza y que un enfoque reflexivo de la fortuna puede conducir a mejores resultados.

Primor XI: Que el héroe sepa dejarse, ganando con la fortuna

El tema gira en torno a la importancia de reconocer cuándo hay que retroceder o retirarse ante la adversidad o las circunstancias desfavorables. Gracián afirma que un héroe sabio entiende que la fortuna puede ser cambiante y que hay momentos en los que es prudente dar un paso atrás en lugar de persistir en una batalla perdida.

Destaca el valor del discernimiento y la autoconciencia, y aconseja no aferrarse a una situación que claramente se está volviendo en su contra. Un verdadero héroe debe tener la humildad y la sabiduría de reconocer cuándo cambiar de rumbo, conservar sus recursos y esperar una oportunidad más favorable. Esta retirada estratégica no es un signo de debilidad, sino más bien una demostración de inteligencia y previsión.

Gracián también sostiene que saber cuándo retirarse puede conducir a un mayor éxito a largo plazo, ya que permite a las personas reagruparse y reevaluar sus estrategias. El capítulo sirve como recordatorio de que la flexibilidad y la adaptabilidad son rasgos clave de un verdadero héroe, que les permiten enfrentar los altibajos de la fortuna con gracia y sabiduría.

Primor XII: Gracia de las gentes

El capítulo se centra en la importancia de ganarse el amor y la admiración de los demás como aspecto clave del verdadero heroísmo. Gracián sostiene que un héroe debe esforzarse por ser bien considerado y respetado por quienes lo rodean, ya que esto no solo aumenta su influencia, sino que también contribuye a su éxito general.

Destaca que para ganarse el amor de los demás se necesita una combinación de virtudes, entre ellas la amabilidad, la generosidad y la capacidad de conectar con la gente a nivel personal. Un héroe debe ser accesible y demostrar una preocupación genuina por el bienestar de los demás, ya que esto fomenta la buena voluntad y la lealtad.

Gracián también señala que, si bien es imposible complacer a todo el mundo, un héroe debe procurar cultivar relaciones positivas y mantener una buena reputación. Sugiere que el amor del mundo se puede lograr mediante acciones coherentes y honorables y siendo una fuente de inspiración y apoyo para los demás.

El legado de un héroe no solo se define por sus logros, sino también por el amor y el respeto que se gana de sus pares y de la sociedad en general. Al centrarse en construir conexiones significativas y encarnar cualidades admirables, un héroe puede crear un impacto duradero y ser recordado con cariño por las generaciones futuras.

Primor XIII: Del despejo

El concepto de Gracián de un "je ne sais quoi" (un no sé qué) se refiere a una cualidad elusiva que hace que una persona destaque y sea admirada. Gracián enfatiza que un verdadero héroe posee un encanto o magnetismo indefinible que atrae a los demás, a menudo sin una razón clara. Esta cualidad no se limita a la apariencia física o los rasgos superficiales; abarca un carisma más profundo, confianza y una capacidad para inspirar y cautivar a quienes le rodean.

El autor sugiere que esta cualidad única puede cultivarse mediante la autoconciencia, el refinamiento del carácter y el desarrollo de las virtudes. Un héroe debe esforzarse por encarnar este "je ne sais quoi" (carisma) para dejar una impresión duradera y ser eficaz en sus esfuerzos.

Primor XIV: Del natural imperio

En este capítulo, nos centramos en la idea de tener un "ascendente natural", que se refiere a una capacidad inherente para generar respeto y admiración en los demás. Gracián sostiene que un verdadero héroe posee una autoridad y una presencia innatas que atraen a la gente, lo que los convierte en líderes naturales.

Esta cualidad ascendente no se basa únicamente en el rango o el estatus, sino que surge de una combinación de virtudes personales, confianza y la capacidad de inspirar confianza y lealtad. El filósofo sostiene que un héroe debe cultivar esta autoridad natural mediante la autodisciplina, la sabiduría y la integridad moral. Al encarnar estos rasgos, un héroe puede influir positivamente en los demás y liderar de manera eficaz.

El capítulo subraya la importancia de la autenticidad y la capacidad de conectarse con otros a un nivel más profundo, sugiriendo que la influencia de un verdadero héroe proviene de su carácter y del respeto que se gana, más que de meros títulos o poder.

Primor XV:  De la simpatía sublime

El tema de Gracián en este libro es la importancia de renovar y mantener continuamente la reputación. Gracián sostiene que un héroe debe ser proactivo a la hora de influir en la percepción que los demás tienen de él, ya que la reputación desempeña un papel crucial en la influencia y la eficacia.

El autor sugiere que un héroe no debe volverse complaciente ni depender únicamente de sus logros pasados, sino que debe demostrar constantemente sus virtudes, habilidades e integridad para reforzar su prestigio ante los demás. Esto se puede lograr mediante acciones que reflejen sus valores, participando en iniciativas dignas y siendo consciente de su imagen pública.

La reputación es dinámica y puede verse fácilmente afectada tanto por acciones positivas como negativas. Por lo tanto, un héroe debe estar alerta y actuar con intención, asegurándose de trabajar siempre para mejorar su reputación. De esta manera, puede mantener el respeto y la admiración de sus pares, lo cual es esencial para un liderazgo y una influencia eficaces.

La reputación de un héroe no es sólo un reflejo de su pasado sino un proyecto continuo que requiere atención y esfuerzo para sostenerse y mejorar.

Primor XVI: Renovación de grandeza

El capítulo se centra en la importancia de encarnar las buenas cualidades de forma genuina, sin pretensiones ni afectación. Gracián hace hincapié en que un verdadero héroe debe poseer virtudes como la sabiduría, el coraje y la integridad, pero estos rasgos deben expresarse de forma auténtica, en lugar de como una fachada para impresionar a los demás.

El autor advierte contra los peligros de la superficialidad y la búsqueda de las apariencias, sugiriendo que el carácter genuino es más valioso que la mera reputación. El capítulo aboga por la autoconciencia y el cultivo de las virtudes internas, animando a las personas a esforzarse por alcanzar la excelencia en sus acciones y pensamientos. En última instancia, Gracián afirma que la verdadera grandeza proviene de ser sincero y coherente en las propias cualidades, lo que conduce al respeto y la admiración de los demás.

Primor XVII: Toda prenda sin afectación

Gracián se centra en la importancia de la búsqueda de la excelencia comparándose con los demás. Afirma que un verdadero héroe debe poseer un espíritu de emulación, que lo motive a mejorar y alcanzar la grandeza.

El filósofo analiza cómo la emulación puede conducir al crecimiento personal y a la búsqueda de la virtud, ya que alienta a las personas a aprender de los éxitos de los demás, al tiempo que fomenta un sentido de competencia que puede impulsar a uno a sobresalir. Sin embargo, también advierte sobre los peligros de la envidia, sugiriendo que, si bien la emulación es una fuerza positiva, debería tener su raíz en la admiración y no en los celos.

El capítulo destaca el equilibrio entre aspirar a ser mejor a través de la influencia de los demás y mantener la propia integridad e individualidad. Un héroe, por tanto, es alguien que utiliza la emulación como herramienta de superación personal e inspiración, en lugar de permitir que esta le lleve a tener sentimientos o acciones negativas.

Primor XVIII: Emulación de ideas

El tema de este capítulo gira en torno al concepto de la noble simpatía y la importancia de fomentar esta cualidad tanto en uno mismo como en los demás. Gracián sostiene que un verdadero héroe debe poseer un profundo sentido de empatía y compasión, que le permita conectar con los sentimientos y experiencias de los demás.

Considera que la noble compasión no consiste simplemente en sentir lástima, sino que implica una comprensión y valoración genuinas de las luchas y los triunfos de los demás. Esta cualidad permite al héroe inspirar y animar a quienes le rodean, creando un entorno de apoyo que fomenta el crecimiento y el desarrollo mutuos.

Gracián también subraya el papel del héroe en la promoción de esta virtud entre los demás. Al demostrar una noble simpatía, un héroe puede influir en sus compañeros y en la comunidad, alentándolos a adoptar actitudes similares de bondad y apoyo. Este espíritu colectivo de empatía puede generar vínculos más fuertes y una sociedad más armoniosa al fomentar un mundo más compasivo y comprensivo.

Primor XIX: Paradoja crítica

Gracián analiza si un héroe debe tener defectos voluntarios. Explora la idea de que, si bien los héroes suelen ser vistos como modelos de virtud, también pueden exhibir ciertos defectos o imperfecciones que pueden hacerles más humanos.

Gracián sostiene que algunas faltas voluntarias pueden tener un propósito, como fomentar la humildad o permitir el crecimiento personal. Estas imperfecciones también pueden crear oportunidades para que los héroes demuestren resiliencia y capacidad para superar desafíos. Sin embargo, advierte que estas faltas no deben socavar el carácter general de un héroe ni conducir a fallas morales significativas.

El capítulo destaca la importancia del equilibrio: un héroe debe esforzarse por alcanzar la excelencia y al mismo tiempo reconocer sus propias limitaciones. Al reconocer y gestionar sus defectos voluntarios, los héroes pueden mantener su integridad y autenticidad, lo que en última instancia mejora su capacidad para inspirar y liderar a los demás.

El autor también reflexiona sobre la complejidad del heroísmo, sugiriendo que si bien los héroes pueden tener defectos voluntarios, estos deben ser cuidadosamente considerados y gestionados para garantizar que no afecten sus nobles cualidades.

Primor último y corona: Vaya la mejor joya de la corona y fénix de las prendas de un héroe

Este capítulo aborda el tema de la perfección última del héroe: la religiosidad o integridad espiritual. Gracián sostiene que un verdadero héroe debe poseer un profundo sentido de fe y convicción moral, que sirven como base para su carácter y sus acciones.

Considera que la religiosidad es un principio rector para el héroe, inculcando valores como la humildad, la compasión y el sentido del deber hacia los demás. Esta dimensión espiritual no sólo mejora la integridad personal del héroe, sino que también inspira a quienes lo rodean, ya que refleja un compromiso con ideales y normas éticas más elevadas.

Gracián también analiza la importancia de alinear las acciones con las creencias, sugiriendo que la fe de un héroe debe manifestarse en su comportamiento y decisiones. Esta alineación fomenta la confianza y el respeto de los demás, lo que consolida aún más el papel del héroe como líder y ejemplo moral.

Temas

Conceptismo

El estilo general de Baltasar Gracián se conoce como conceptismo. Esto se caracteriza por la concentración del máximo significado en una mínima forma. El autor lleva este formato al límite en Oráculo manual y arte de prudencia, publicado en 1647, una composición de 300 máximas con comentarios. En ellas utiliza la retórica y los juegos de palabras para formar acertijos.

El estilo lacónico de Gracián se basa en el de sus compatriotas, que escribieron en latín: Tácito, Séneca y Marcial, y sigue la estela de los conceptistas barrocos gongorianos. Con ellos el lector está obligado a descifrar los significados ocultos del texto, que es sintácticamente conciso, carente de oraciones subordinadas y repleto de elisiones léxicas. Su prosa se compone de frases cortas puntuadas por comas, puntos y comas que hacen que el sentido sea elusivo. Su estilo se resume en su máxima:

"Lo bueno, si es breve, es dos veces bueno. Y lo malo, si es poco, no es tan malo".

Semánticamente, sus escritos son ambivalentes para abarcar todas las posibilidades de conocimiento y percepción. Esto le da densidad a su escritura a través de la doble interpretación de la literalidad y la alegoría. Por ejemplo, el doble significado de río: risa y corriente de agua.

La prosa de Gracián es fruto de un estilo constantemente corregido y pulido. Tanto la forma como el contenido están elaborados, lo que demuestra su conciencia de escritor. Como dice en el prólogo de El discreto:

"Quiero decir, pues, que no está escrito para todos, y por eso la arcanidad del estilo aumenta la reverencia a la sublimidad de la materia, haciendo más veneradas las cosas por el modo misterioso de decirlas".

Moralidad 

La mirada de Gracián es intelectual y la afectividad queda casi anulada en sus escritos. Esto explica el tono duro y la falta de calidez humana de sus obras. Concibe al hombre como el peor ser de la creación y la vida como lucha y engaño, en línea con el pensamiento barroco. Todo tiene el doble valor de apariencia engañosa y realidad oculta que coincide con el ambiente político de decadencia del Imperio español. (El tema de la apariencia y la realidad oculta se refleja también en el búcaro de las Las Meninas de Velázquez.)

El autor considera la vida como una lucha, así que prepara al lector para el combate. Propone la defensa como ocultación y el ataque como descubrimiento. La retirada a tiempo también es mejor que una victoria brillante.

Toda la obra de Gracián se centra en una aplicación práctica a la vida humana y tiene como objetivo la filosofía moral. Sus ideas sobre la conducta se sintetizan en Oráculo Manual y Arte de Prudencia. Los moralistas franceses de los siglos XVII y XVIII admiraron su obra y Schopenhauer tradujo su Manual, que Nietzsche describió así:

"Europa no ha producido nada más fino ni más complicado en términos de sutileza moral".


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