La arqueología del conocimiento por Foucault


Contexto

Durante la juventud de Foucault los debates intelectuales se centraron en el estudio de la historia. El pensamiento hegeliano, junto con el marxismo, presentó la historia a través de un análisis metafísico racional. La cuestión filosófica de la posguerra se convirtió en un debate sobre la racionalidad o el caos de la historia. Foucault siguió a Hegel al vincular la filosofía y la historia.

Georges Canguilhem también influyó en el pensamiento del joven académico al revelar las estructuras y condiciones subyacentes en las que se basa la psicología. Foucault utilizó un enfoque similar para exponer las condiciones de posibilidad del discurso científico.

La Arqueología del Conocimiento (1969) es una disertación sobre los sistemas inconscientes del pensamiento y conocimiento. Define los límites impuestos por el lenguaje y el pensamiento en un determinado período de tiempo y área de especialización. Foucault había aplicado el método descrito en sus escritos anteriores: Locura y civilización: una historia de la locura en la era de la razón (1961), El nacimiento de la clínica: una arqueología de la percepción médica (1963) y El orden de las cosas: una Arqueología de las Ciencias Humanas (1966):

Locura y Civilización tuvo su base en la fenomenología de Heidegger, que pretende describir el Ser como algo más que una experiencia subjetiva. Esto llevó a Foucault a analizar la historia desde un punto de vista psicológico. El libro rastrea la locura y su historia como una experiencia compuesta de formas de discurso, más que como una cosa. El nacimiento de la clínica tenía un tono menos fenomenológico, pero utilizaba un enfoque psicológico similar. Este procedimiento fue lo que el autor denominó "arqueológico", ya que reveló el conocimiento clínico a través del discurso.

El orden de las cosas se basó en el estructuralismo de Lévi-Strauss, aunque Foucault rechazó esta etiqueta. Intentó demostrar cómo el conocimiento dependía de factores precedentes, como los discursos y las instituciones. Sin embargo Foucault no presentó estos factores como estructuras universales, sino que buscó desplegar todas las variaciones en el conocimiento histórico de las palabras y las cosas.

La arqueología del conocimiento es una exposición precisa de los métodos e ideas que contribuyeron a que las obras históricas de Foucault fueran tan influyentes.

Resumen

La arqueología del conocimiento (1969) es la descripción que hace Foucault de un cierto enfoque de la historia que utilizó en sus tres primeros libros sobre historia: Locura y civilización, El nacimiento de la clínica y El orden de las cosas. Su objetivo es rectificar los defectos de estas obras: la primera admitía demasiado la historia como un tema general; el segundo era demasiado estructural y, por tanto, no lo suficientemente específico; el tercero tenía implicaciones de totalidad cultural.

El análisis del discurso que hace el autor debe ser una descripción, no del contenido, sino de las complejidades de sus procesos.

Introducción

El autor destaca las reinterpretaciones contemporáneas de la historia. Estos enfatizaron las incertidumbres en torno a los documentos históricos y criticaron los supuestos relacionados con la continuidad histórica. El autor ataca estas narrativas de continuidad como narcisistas, ya que su interpretación del continuo depende de una conciencia humana constante. El enfoque arqueológico de la historia de las ideas ha pasado de centrarse en las continuidades del pensamiento a las discontinuidades. Esto ha llevado a hacer hincapié en la multiplicidad de marcos necesarios para aplicar a cualquier área de la historia. Sin embargo, Foucault sostiene que ambos tipos de práctica histórica plantean los mismos problemas, que surgen del cuestionamiento del documento mismo. En lugar de su lugar como una especie de memoria, el documento ahora está adquiriendo importancia en sí mismo:

"La historia es una forma en la que una sociedad reconoce y desarrolla una masa de documentación con la que está indisolublemente ligada."

Los documentos se han convertido en artefactos, lo que significa que la historia ahora aspira a ser una especie de arqueología.

(Foucault redefine al historiador alejándole de una identidad como escritor de una historia lineal y aboga por una visión expansiva de la historia, compuesta de microrrelatos, cada uno de ellos relacionado con el pasado y el presente en su existencia material: el documento.)

Las regularidades discursivas

Esta sección cuestiona los tipos de unidades que existen en la historia del discurso. Foucault experimentó con cuatro hipótesis que centran la unidad en el objeto del discurso: el autor/es, los conceptos utilizados, las teorías y los temas. La conclusión fue que no había una base única para la unidad discursiva, sino variabilidad y complejidad.

Sin embargo, las hipótesis de Foucault sugieren cuatro niveles de análisis discursivo: la formación de objetos del discurso, la formación de posiciones enunciativas, la formación de estrategias teóricas y la formación de conceptos.

La Declaración y el Archivo

El autor construye el campo del discurso desde sus partes más pequeñas hasta el total general. El nivel más detallado de unidades son los enunciados, que no son estables, sino que varían según el campo de uso. Se los describe como situados en el nivel de la existencia histórica de conjuntos de signos.

Foucault luego asciende al nivel de archivo que es:

"el sistema general de formación y transformación de los enunciados".

Descripción arqueológica

Esta parte trata de la distinción entre el método arqueológico del autor y la tradicional historia de las ideas. Toma las cuatro cuestiones de originalidad, contradicción, comparación y cambio para demostrar que el método arqueológico puede reemplazar las generalizaciones con relaciones específicas que mantienen las características desiguales del discurso. En el último capítulo señala las razones y los métodos, centrándose en las ciencias.

Conclusión

Foucault defiende su método frente a posibles críticas. Rechaza la etiqueta estructuralismo, ya que se refiere a un sistema maestro que dificulta detectar cambios en la historia o el papel de los individuos. El autor incluye discursos individuales analizando las condiciones bajo las cuales se comunican. Abarca el cambio histórico al describir cómo se desarrollan y crecen los discursos. Es una historia social, aunque no de fechas y acontecimientos, sino de cómo se construye el discurso.

Temas

Discurso

Foucault se centra en limitar su objeto de análisis a los procesos del discurso. Sólo estudia la narrativa en su surgimiento y transformación, negándose a especular sobre el significado general de la declaración. No es una descripción de la historia a través del discurso, sino una descripción de la historia del discurso.

El discurso no es una serie de proposiciones, ni la reliquia de un espíritu psicológico o de una idea histórica general. Es en el establecimiento de relaciones donde estos factores adquieren significado. En resumen, lo que sabemos depende de cómo hablamos de ello.

Documentos y Monumentos

Foucault distingue entre su arqueología y la historia de las ideas diferenciando sus enfoques del discurso. Un análisis documental considera el discurso como un registro. Los hechos históricos se entienden separados del documento. Los historiadores de las ideas están interesados ​​en el surgimiento de ideas novedosas y la continuidad de causa y efecto. Contrarrestan las contradicciones buscando un principio subyacente para sintetizar los opuestos. Su interés radica en categorías generales como "cultura" y los registros de algo pasado.

Por el contrario, el enfoque monumental estudia el discurso y su propia historia, rastreando conceptos que aparecen y desaparecen o se relacionan entre sí de maneras novedosas. Foucault pretende comprender las reglas que rigen el nacimiento del discurso y explicar sus discontinuidades e inconsistencias.

Continuidad, discontinuidad y contradicción

Los primeros capítulos de La Arqueología del Conocimiento enfatizan las ideas tradicionales sobre la continuidad histórica. El argumento de Foucault es que se puede demostrar que estas aparentes continuidades son defectuosas. La historia de las ideas reconoce amplias discontinuidades entre los modos de conocimiento, pero evade las realidades de las complejidades del discurso dentro de los modos. Estos se desarrollan siguiendo un enorme conjunto de relaciones discursivas e institucionales que se definen tanto por rupturas como por temas unidos que en sí mismos son discontinuos.

La historia de las ideas considera las contradicciones discursivas como un obstáculo que debe superarse mediante el análisis histórico. Irónicamente, la historia tradicional reconoce la contradicción como el principio del que depende el discurso. Foucault sostiene que el discurso debe describirse en sus propios términos, ya que en sí mismo es simplemente otra etiqueta general para procesos distintos, no una continuidad.

El método arqueológico se centra en describir el discurso, en sí mismo y relacionado con otros discursos, rechazando cualquier interpretación psicológica o trascendental. Todas las unidades discursivas deben ser descritas desde el principio en sus propios términos.

Conocimiento

"El conocimiento no es para saber: el conocimiento es para cortar."

La episteme en Foucault ya no es un conjunto de cosas conocidas, sino que se redefine como el conjunto de ideas y suposiciones, a menudo inconscientes, que subyacen y limitan lo que se acepta como conocimiento en un momento específico. Estas relaciones hacen posible el conocimiento a través del discurso. El conocimiento, aunque importante, es simplemente otro efecto discursivo. La historia de las ideas presenta la transición entre modos de conocimiento: la arqueología de Foucault describe las condiciones que determinan lo que se reconoce como conocimiento.

En otras obras, Foucault analiza las condiciones del conocimiento en diferentes escenarios: sistemas de vigilancia, disciplina y poder. También cuestiona cómo llegamos al autoconocimiento y cómo etiquetamos nuestra propia identidad.

Arqueología

El término arqueología fue elegido por Foucault para subrayar su enfoque objetivo, reemplazando el discurso histórico interpretativo con una descripción de ese discurso a través de un estudio de las declaraciones, no del documento.

Este cambio también significó que el archivo ya no puede entenderse como una colección de documentos que albergan el conocimiento de un período. Ahora debe verse como:

“el sistema general de formación y transformación de los enunciados”.

Así, el archivo es visto como un conjunto de reglas generales que rigen la longevidad de las declaraciones. Las declaraciones históricas no se toman como signos de otra cosa, sino como artefactos físicos que deben describirse. 

Posición del sujeto

Según la metodología de Foucault un autor no forma parte del discurso. En cambio, la arqueología encuentra que los enunciados provienen de una posición específica dentro del campo del discurso y de la institución. Los factores más importantes de este puesto son la autoridad y el conocimiento.

Hacer declaraciones reconocidas como conocimiento (opinión de expertos, hecho científico) depende de muchas condiciones del discurso: objetos de conocimiento, estrategias para contrastar teorías entre sí, etc. Una condición es la "modalidad enunciativa", el modo de formulación que proviene de una posición de sujeto. Esto no depende de un autor en particular, ya que muchos autores pueden usar una posición y un autor puede usar muchas posiciones. Para La Arqueología del Conocimiento el autor psicológico no existe porque las identidades de autor son parte integral del discurso.

Este enfoque cuestiona el origen de nuestro conocimiento de sí mismo. La identidad se puede dispersar en todas direcciones:

“Así concebido, el discurso no es la manifestación majestuosa de un sujeto que piensa, conoce y habla, sino, por el contrario, una totalidad en la que se puede determinar la dispersión del sujeto y su discontinuidad consigo mismo.” 



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