La mente extendida por Clark y Chalmers



Contexto

La cuestión de la autoconciencia tiene una larga tradición humana. Las prácticas funerarias neolíticas parecen expresar creencias espirituales y ofrecer evidencias para el pensamiento reflexivo sobre la naturaleza de la conciencia humana.

Sin embargo, se ha sostenido que el concepto moderno de conciencia surgió después de la era homérica. Esta visión sostiene que los seres humanos anteriores no se experimentaban a sí mismos como sujetos de la manera en que lo hacemos hoy. La Grecia clásica no tenía una palabra equivalente a conciencia.

El énfasis de la Reforma en la conciencia ética, aunque diferente de la conciencia/consciencia, puede haber enfatizado la reflexión moderna e interna del yo. Las reflexiones de Hamlet en el siglo XVII ya ofrecían una visión moderna del mundo y del yo.

Con la llegada de la Era Moderna en el siglo XVII, Descartes definió el término pensamiento (pensée) como autoconciencia. En Principios de filosofía (1640) escribió:

"Por la palabra pensamiento entiendo todo aquello de lo cual somos conscientes como operando en nosotros".

John Locke ofreció otra noción de conciencia en su Ensayo sobre el entendimiento humano (1688):

"No digo que no haya alma en el hombre porque no la perciba mientras duerme. Pero sí digo que no puede pensar en ningún momento, despierto o dormido, sin percibirla. Nuestra percepción de ella no es necesaria para nada, salvo para nuestros pensamientos, y para ellos es y será siempre necesaria".

Locke consideraba que la conciencia era esencial para el pensamiento y la identidad, pero no formuló ninguna hipótesis sobre su relación con la materia.

Leibniz propuso una teoría de la mente en Discurso sobre la metafísica (1686). Distinguió entre percepción (conciencia) y apercepción (conciencia de uno mismo). En Monadología (1720) contó su analogía industrial de un molino para rechazar la idea de que la conciencia pudiera surgir de la materia. Esto invita al lector a imaginarse caminando por un molino y observando sus operaciones mecánicas, que para Leibniz representaban su naturaleza física. Luego desafía al lector a ver cualquier pensamiento consciente.

Hume en el siglo XVIII y Mill en el siglo XIX fueron seguidores de la psicología asociacionista. Su objetivo era descubrir los principios por los cuales los pensamientos o ideas conscientes se influenciaban mutuamente. A finales del siglo XVIII, Kant fue un crítico de la psicología asociativa y argumentó en contra de esta explicación de la conciencia a través de una sucesión de ideas asociadas. Consideraba que la concienca debía ser la experiencia de un yo consciente situado en un mundo objetivo, organizado a través del espacio, el tiempo y la causalidad.

A principios del siglo XX, el auge del conductismo en Estados Unidos eclipsó el estudio de la conciencia. Sin embargo, en Europa, el interés por la estructura de la experiencia condujo a un estudio de la fenomenología por parte de Husserl, Heidegger, Merleau-Ponty y otros, quienes ampliaron la investigación sobre la conciencia para incluir las esferas de lo social, lo corporal y lo interpersonal.

Hacia finales del siglo XX hubo un resurgimiento de la investigación científica y filosófica sobre la naturaleza de la conciencia.

Al comienzo de esta renovada investigación sobre la conciencia, los investigadores intentaron identificar correlaciones empíricas entre las experiencias conscientes y la actividad cerebral. Sin embargo, a pesar de identificar muchas conexiones, estos correlatos neuronales de la conciencia no explicaban el fenómeno.

En la actualidad existen teorías neurobiológicas de la conciencia, lo que supone un avance porque es sólo cuando se aclara en una teoría que la experimentación puede ofrecer una comprensión de la conciencia. Anil Seth, profesor de Neurociencia Cognitiva y Computacional en la Universidad de Sussex, defensor de las explicaciones materialistas de la conciencia, afirma en un artículo de New Scientist que existen cuatro teorías principales de la conciencia:

- Las teorías de orden superior afirman que un estado mental se considera consciente cuando otro estado jerárquico lo aprueba. El problema es saber qué tipos de representaciones de orden superior se consideran conciencia.

- Las teorías del espacio de trabajo global sostienen que existe un estado consciente cuando está ampliamente distribuido por el cerebro y, por lo tanto, puede emplearse para guiar la conducta de manera flexible. Un estado mental consciente tendrá acceso a muchos procesos cognitivos; los estados inconscientes no.

- La teoría de la información integrada se ocupa de los aspectos experienciales de la conciencia. Plantea que la conciencia está vinculada a una zona cortical situada en la parte posterior del cerebro, incluidas otras partes del mismo. La conciencia depende de la capacidad de todo el sistema para generar información unificada.

- El procesamiento predictivo intenta construir puentes interpretativos entre la conciencia y los mecanismos neuronales. El enfoque de estas teorías es dar cuenta de diferentes aspectos de la conciencia para pasar de las teorías científicas sobre la conciencia a las teorías de la conciencia misma.

Resumen

En La mente extendida (1998) Andy Clark y David Chalmers propusieron la tesis de que la mente no sólo reside en el cerebro o incluso en el cuerpo, sino que se extiende al mundo físico.

I. Introducción

Los autores explican su enfoque en lo que denominan "externalismo activo", refiriéndose al papel activo del entorno en el impulso de los procesos cognitivos.

II. Cognición extendida

Consideran tres casos en un experimento mental:

1. Una persona está frente a una computadora y tiene que rotar mentalmente las formas geométricas mostradas para que encajen en los zócalos. (Como en el Tetris).

2. La persona que está frente a la computadora ahora tiene un botón que rota las formas, o puede simplemente usar su imaginación. El botón hace que el trabajo sea más rápido.

3. Una persona con un implante neuronal puede rotar las imágenes como si fuera un ordenador. Debe decidir si utiliza su mente o el implante, ya que cada opción exige diferentes niveles de atención y otros procesos cerebrales.

Clark y Chalmers se preguntan cuánta cognición se necesita en cada caso. Los casos 1 y 3 son iguales. El caso 2 distribuye el procesamiento entre el sujeto y la computadora. Se preguntan cuál es la diferencia cognitiva entre 2 y 3. Su objetivo es apoyar la hipótesis de que las estructuras computacionales son las mismas en el propio agente y con herramientas externas.

Como en los ejemplos de ordenadores, el cerebro del sujeto procesa algunas operaciones y los medios externos realizan otras. Otro ejemplo es el uso de lápiz y papel para hacer una multiplicación o la ayuda externa del lenguaje, los libros, los diagramas y la cultura.

III. Externalismo activo

Los autores explican que, en los casos de externalismo activo, el organismo humano interactúa bidireccionalmente con alguna entidad externa para formar un único sistema cognitivo. Todos los elementos del sistema son causales y todos influyen en la conducta. La tesis de los autores es que este sistema acoplado es un proceso totalmente cognitivo, aunque no esté todo en la cabeza.

Clark y Chalmers distinguen su externalismo activo del externalismo pasivo de Putnam y Burge. Subrayan que las características externas desempeñan un papel importante en el proceso cognitivo e influyen en el organismo y su comportamiento. Los elementos internos y externos no forman una cadena, sino un bucle.

Los autores defienden su tesis como algo más que una mera terminología, subrayando que ha supuesto una diferencia en la metodología de la investigación científica. Argumentan que al incluir explicaciones tanto de los procesos internos como de los externos, la comprensión de la cognición será más rica.

Quienes no están de acuerdo con la hipótesis de la mente extendida pueden pensar que todos los procesos cognitivos son conscientes. Sin embargo, esto no es así, ya que los procesos inconscientes desempeñan papeles cruciales, como la recuperación de la memoria, el lenguaje y la adquisición de habilidades. Esto significa que, incluso si los procesos externos no son operaciones conscientes internas, eso no es un argumento para negar su cognición.

Otros pueden objetar que si el proceso cognitivo necesita herramientas externas que la persona no puede llevar consigo, no deben clasificarse como cognitivas. Pero los autores responden diciendo que en el futuro podremos tener herramientas conectadas a nuestro cerebro. Como contar con los dedos es un proceso cognitivo, la cuestión tiene más que ver con la fiabilidad que con la disponibilidad del acoplamiento interno/externo.

Los autores señalan que los sistemas cognitivos y perceptivos de los seres humanos hacen uso del entorno. Explotan la estructura de las escenas naturales y utilizan atajos computacionales disponibles a través del movimiento corporal y la locomoción. El lenguaje también permite procesos cognitivos mediante el acoplamiento activo de sistemas externos e internos, como en el brainstorming (la lluvia de ideas grupal). Señalan que el cerebro del niño puede desarrollarse dependiendo de cómo se adapte a las fuentes externas:

"y aprende a desempeñar su papel dentro de un sistema unificado y densamente acoplado".

Los autores proponen la analogía de un pez que nada de manera eficiente en diferentes corrientes. Vincula su comportamiento a los vórtices de su entorno. El pez nada utilizando vórtices como el agua que choca contra una roca o la autopropulsión mediante los movimientos de la cola. El pez utiliza tanto los vórtices externos como los internos para maniobrar de manera eficiente en su entorno.

De manera metafórica los autores aplican la analogía del pez a los humanos, donde el lenguaje humano es el mar y nosotros somos los peces. Así como el pez agita su cola para provocar vórtices que luego explota, los humanos creamos estructuras lingüísticas cuya presencia predecible impulsa nuestra cognición interna. El habla y sus símbolos externos se encuentran entre nuestros vórtices cognitivos que ayudan a construir el pensamiento humano.

IV. De la cognición a la mente

Algunos científicos pueden estar de acuerdo en que los procesos cognitivos involucran elementos externos, pero que la mente no puede externalizarse.

Los autores distinguen entre factores externos que pueden contribuir significativamente y tipos de estado mental. Sostienen que los estados de creencia pueden estar constituidos por características ambientales que desempeñan un papel en el impulso de los procesos cognitivos. A continuación consideran “un caso normal de creencia incrustada en la memoria”.

Caso 1. La evocación de la memoria de Inga

Inga quiere visitar el MOMA de Nueva York, que cree recordar que está en la calle 53. Puede comprobar su creencia sobre la dirección del museo que tenía en la memoria: la creencia llegó antes de la comprobación.

Caso 2. El banco de memoria externo de Otto

Otto tiene Alzheimer y depende del apoyo del entorno para estructurar su vida. Esto se materializa en un cuaderno en el que anota la información nueva que puede consultar. Su cuaderno cumple la función de memoria biológica. Si quiere visitar el MOMA, comprueba la dirección en su cuaderno y luego camina hasta el museo. Creía que podía encontrar la dirección del museo antes de consultar sus notas, al igual que Inga creía que conocía la dirección antes de consultarla en su memoria. Ambos creían en las fuentes de su información: la memoria y el cuaderno. La única diferencia es que el libro está fuera del cuerpo de Otto.

Se podría objetar que Otto solo cree en lo que está escrito en su cuaderno. Sin embargo, eso es lo mismo que decir que Inga sólo cree en aquello de lo que es consciente explícitamente. En ambos casos, la información está ahí, disponible de manera fiable para la conciencia.

Caso 3. El gemelo de Otto con información incorrecta 

El gemelo también tiene Alzheimer y tiene un cuaderno donde ha escrito la dirección del MOMA equivocada. La característica principal de la creencia del gemelo es que cree en esta dirección incorrecta. La conclusión es que no hay nada sagrado ni en la habilidad ni en el cráneo. La creencia en la información depende del papel que desempeña y este puede ser interno o externo al cuerpo.

Objeciones

1: Inga tiene un acceso más fiable a la información. Alguien puede quitarle el cuaderno a Otto, pero el de Inga está a salvo en su cabeza. Sin embargo, en el ejemplo Otto tiene un acceso fiable a la información, pero la memoria de Inga puede no ser fiable, ya que puede olvidar. O:

"Un cirujano podría manipular su cerebro o, más mundano, podría haber bebido demasiado. La mera posibilidad de tal manipulación no es suficiente para negarle la creencia".

La creencia permanece intacta en ambos casos.

2: Cuando Otto pierde el acceso a su cuaderno, esto significa que su fe va y viene. Sin embargo, Inga también se desconecta temporalmente cuando duerme o está bebida. Esto no significa que haya perdido su fe. En ambos casos, el punto sobresaliente es que la información está disponible cuando se la necesita.

3: Inga puede acceder mejor a la información porque el pensamiento consciente y la memoria están más conectados que entre Otto y sus notas. Sin embargo, la amiga de Inga, Lucy, tiene vínculos deficientes entre memoria y conciencia, pero aun así puede acceder a la información relevante y, por lo tanto, Lucy también cree en la dirección del museo.

4: Inga accede a la información directamente, pero Otto sólo accede a ella a través de la percepción. Los autores responden diciendo que la percepción de Otto se encuentra dentro del sistema cognitivo porque todavía se basa en una creencia.

V. Más allá de los límites exteriores

Los autores aún cuestionan las limitaciones de su tesis. ¿La información contenida en un archivo Filofax (un archivo de datos) forma parte de la memoria? ¿El estado cognitivo de una persona se encuentra difuso por Internet?

Las características básicas que caracterizan la tesis son:

1) El cuaderno es una constante en la vida de Otto.

2) La información del cuaderno está disponible directamente.

3) Otto cree en la información recuperada de su cuaderno.

4) La información del cuaderno fue aprobada en el pasado y está allí gracias a ese respaldo.

Cuando nos alejamos de estos puntos, la aplicabilidad de la idea de creencia se desvanece gradualmente. Si Otto no consulta su cuaderno de notas de manera constante, entonces la información cuenta menos como parte de su sistema de creencias.

La cognición también puede extenderse socialmente. Un camarero de tu restaurante favorito puede ser el depositario de tus creencias sobre tus platos favoritos. Un contable también podría ser interpretado como la encarnación de las creencias de un empleador. En estos casos sociales de acoplamiento, el lenguaje une las dos partes:

“El lenguaje, así entendido, no es un espejo de nuestros estados internos, sino un complemento de ellos. Funciona como una herramienta cuyo papel es ampliar la cognición de maneras que los dispositivos incorporados no pueden”.

Una mente extendida también implica un yo extendido. El cuaderno de Otto es parte de su identidad y cognición. De hecho, Otto es un sistema extendido que vincula un organismo biológico con herramientas externas. La interpretación alternativa es considerar al yo como un grupo de estados con una continuidad cuestionable.

Los autores concluyen que si su tesis de la mente extendida es correcta, tendrá consecuencias filosóficas, sociales y morales:

"Como sucede con cualquier reconceptualización de nosotros mismos, esta visión tendrá consecuencias significativas. Hay consecuencias obvias para las concepciones filosóficas de la mente y para la metodología de investigación en la ciencia cognitiva, pero también habrá efectos en los dominios moral y social. Puede ser, por ejemplo, que en algunos casos interferir en el entorno de alguien tenga la misma importancia moral que interferir en su persona. Y si se toma en serio esta visión, ciertas formas de actividad social podrían reconsiderarse como menos afines a la comunicación y la acción, y más afines al pensamiento. En cualquier caso, una vez que se usurpe la hegemonía de la piel y el cráneo, podremos vernos más verdaderamente como criaturas del mundo".

Temas

Resonancias

La hipótesis de la mente extendida tiene influencias culturales que van más allá del ámbito académico. Cuestiona la definición del pensamiento, el papel de la tecnología en los procesos de pensamiento y la forma en que nuestro entorno interactúa con nuestras mentes. Las sociedades modernas dependen de las computadoras y la conectividad a Internet. Si se acepta la tesis de la mente extendida, esto plantea preguntas sobre la identidad humana.

Las exposiciones de arte se inspiran en la teoría de la mente extendida, tal como la plantea Clark, cuando sugiere que el cuaderno de dibujo del artista es más que una herramienta: en realidad es parte de un sistema cognitivo extendido y es una forma de manipular datos que

“…al cerebro biológico le resultaría difícil, lento o incluso imposible".

La tesis de Clark ha sido aplicada por el profesor Scaltsas a la idea de que los objetos externos no son sólo extensiones de nuestra mente, sino que también encarnan nuestros valores e ideas. Ambos filósofos están colaborando con el Ministerio de Cultura griego para crear un nuevo tipo de museo en el que se expondrían objetos que ejemplifican las ideas griegas.

Educación

Los pedagogos animan a los alumnos a utilizar las manos para ampliar su mente. Los gestos son una parte integral del circuito cognitivo que implica la retroalimentación comunicativa: cuanto más gestos, más fluidez al pensar y hablar. Observe cómo alguien que está indicando direcciones señala con las manos para dar forma a sus pensamientos.

Se podía pensar con más eficacia si descargáramos nuestros procesos cognitivos. El cerebro solo puede procesar cierta cantidad de información, pero se le puede aligerar el trabajo mediante herramientas como gráficos y diagramas para que pueda centrarse en la reflexión y el análisis. Esta organización de ideas es un acto de cognición humana.

La perspectiva de la mente extendida ha influido en la educación al convertirse en un proceso de modelado en el que la información se agrupa y se domina pieza por pieza para generar confianza en el alumno. El aprendizaje puede verse como un aprendizaje en el que un experto le demuestra el proceso al novato. De esta manera, el profesor le indicaría al alumno sus procesos de pensamiento, en lugar de solo el resultado correcto o los datos apropiados.

Críticas a la mente extendida

Han aparecido tres críticas básicas a la teoría y Clark las responde en su libro: Supersizing the Mind: Embodiment, Action, and Cognitive Extension (2008).

Adams y Aizawa sostienen que la tesis confunde el concepto de cognición con las influencias causales sobre la cognición. Preguntan: "¿Por qué el lápiz pensó que 2 + 2 = 4?"

Clark respondió: "Porque estaba acoplado al matemático". Explica que el acoplamiento es importante para la cognición, pero debe desempeñar un papel funcional. De lo contrario, la parte externa no es una extensión.

Otros críticos objetan que ampliar nuestras mentes extiende demasiado los límites de la cognición, lo que implica que todo lo que hay en Internet forma parte de sistemas cognitivos individuales.

Clark responde que ni las partes internas ni las externas del sistema cognitivo son capaces de producir cognición por sí solas. Ejemplos como las calculadoras y los lápices deben incluirse con regiones neurológicas paralelas. Considerar solo una parte no cubre por completo la cognición.

Otros protestan porque la teoría ignora las diferencias entre los procesos internos y externos, que pueden ser distinciones entre creencias y herramientas externas, o la creación de un concepto de cognición demasiado dispar para ser tipificado científicamente.

Clark responde que puede imaginar situaciones en las que un ser biológico podría procesar información de forma no neuronal: humanos con implantes neuronales para apoyar la memoria. Ser neuronal, sostiene, no puede ser una condición necesaria para ser cognitivo.

En el artículo original de Clark y Chalmers, la tesis de la mente extendida dependía de consideraciones sobre la paridad entre la cognición interna y externa. Una reformulación de la tesis apunta a un énfasis en la complementariedad de los elementos internos y externos del proceso cognitivo. Esta explicación subraya que, más que una afirmación sobre la naturaleza de la mente o la cognición, tiene valor analítico para la ciencia cognitiva.


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