Investigaciones filosóficas por Wittgenstein


Contextos

Histórico

La reconstrucción de Europa fue la preocupación principal en 1945, después de dos guerras mundiales. La Unión Soviética se había expandido para incluir a Europa del Este y había desarrollado la bomba nuclear. El miedo a la dominación comunista sobrevolando el continente. La experiencia de la guerra y las noticias del holocausto habían derrotado el mito de la evolución progresiva del siglo XIX, por lo que las narrativas literarias que justificaban el curso de la historia ahora tenían poco sentido. Los juegos de lenguaje fragmentario de Wittgenstein, su rechazo de las bases últimas para la justificación y las generalizaciones sobre el mundo, encajaban con las características comunes de esta época posmodernista.

Filosófico

A principios del siglo XX el marco de referencia filosófico dominante era el idealismo absoluto, que sostenía que la realidad y la apariencia no son lo mismo. Esto significaba que la percepción funcionaba mejor a través de la mente autoconsciente y que el pensamiento es una experiencia relacional.

Russell y Moore rechazaron el idealismo absoluto y fueron los creadores de la filosofía analítica, caracterizada por un enfoque lingüístico sobre el significado de los términos utilizados en el análisis filosófico. Ludwig Wittgenstein (1889–1951) fue alumno de Bernard Russell en la Universidad de Cambridge y en su obra Tractatus Logico-Philosophicus (1921), escrita durante la Primera Guerra Mundial, contribuyó al desarrollo del nuevo enfoque analítico.

En los Estados Unidos estaba teniendo lugar otro planteamiento filosófico que también estaba en oposición directa al idealismo absoluto. Era el trabajo de William James, Dewey y Peirce, quienes estaban desarrollando la escuela de pensamiento pragmatista. En Investigaciones el autor menciona a William James, pionero de la psicología moderna, pero es para decir que el método psicológico es filosóficamente confuso.

En su Tractatus Wittgenstein desarrolló y también criticó la metodología lógica de Russell y Gottlob Frege y definió el dominio del discurso a estados observables en el mundo. Su objetivo era explicar la naturaleza de las relaciones entre el mundo real, el pensamiento y el lenguaje sobre él. Afirma en el prefacio que su objetivo es organizar los pensamientos y el discurso en las siguientes categorías: sentido, sin tonterías y sin sentido.

En sentido, solo hay afirmaciones sobre objetos observables como las que se hacen en las ciencias naturales. Las tonterías son declaraciones sobre cualquier cosa que trasciende el mundo observable, por ejemplo, las de la filosofía tradicional: metafísica, ética y estética. Las declaraciones sin sentido se clasifican como las de la lógica y matemáticas. Los puntos de vista del autor fueron adoptados por el Círculo de Viena, que buscó sistematizar las ideas de Wittgenstein en el positivismo lógico. (El autor era primo segundo de Friedrich Hayek y tuvo cierta influencia en su pensamiento, que inspiró la teoría económica del capitalismo de libre mercado).

La influencia de Frege y Russell llevó al Tractatus de Wittgenstein a centrarse en el vínculo entre el lenguaje y el mundo. El autor refinó este enfoque lingüístico para argumentar que los problemas filosóficos tienen sus raíces en malentendidos gramaticales. Sin embargo, más tarde abandonó la lógica como herramienta para explicar la conexión entre el lenguaje y el mundo, ya que el análisis lógico se basa en palabras que tienen un significado fijo. Él consideraba esto como una ilusión.

Resumen

Investigaciones filosóficas se publicó póstumamente, en 1953, a partir de un manuscrito inacabado. Sigue un formato socrático: diálogo con el lector. El autor plantea una idea, la explora, luego la rechaza o la sostiene e incluye posibles argumentos que se le pueden ocurrir al lector.

1–80

Wittgenstein enuncia los principales temas y objetivos de la obra. Cita a Agustín de Hipona sobre el aprendizaje de un lenguaje que el autor critica como paradigma de la filosofía pobre porque no tiene en cuenta el contexto general y la extensión de los casos que abarca un fenómeno. Sugiere un programa para analizar el lenguaje al que llama "juegos de lenguaje" y lo utiliza en el resto del libro.

El concepto de juegos de lenguaje rechaza la noción de que se necesitan definiciones nítidas para la utilidad o el significado de las palabras. Presenta la idea de 'parecido familiar ' donde los conceptos no necesitan compartir una sola característica, sino que existe una red de similitudes, como hermanos. También discute la 'definición por el acto de señalar' como un mal hábito que convierte la definición en una actividad mental.

81–317

El autor examina las creencias filosóficas generalizadas sobre los vínculos entre la lógica y el lenguaje. Frege había insistido en que la lógica enseña cómo hacer que el lenguaje sea más preciso. Wittgenstein argumenta a favor de la exactitud del lenguaje y que esto depende del juego del lenguaje, cuyas reglas busca describir. Concluye que las reglas las ponen los jugadores. El corolario de este pensamiento es que el lenguaje privado es imposible porque no hay juegos para individuos.

318–693

Wittgenstein considera las actividades mentales. Argumenta que no existe un proceso mental que defina significado, esperar, querer, desear, razonar o calcular. Alienta a los filósofos a observar las actividades de las personas durante sus actividades mentales y describirlas. Él establece el objetivo de la filosofía: comprender la práctica lingüística para eliminar cualquier confusión en el pensamiento sobre el lenguaje.

Temas

Terapia

Investigaciones filosóficas presenta la filosofía más como un método terapéutico que como un método científico. No se trata de verdades, sino de una forma de afrontar los problemas:

"El verdadero descubrimiento[,] ... el que da paz a la filosofía[,] ... [es que] los problemas se resuelven".

Distingue entre la ciencia como metodología de hipótesis y experimentación y la filosofía como tratamiento de una enfermedad.

Investigaciones es una crítica expansiva del pensamiento filosófico tradicional que es abstracto y tiende a la metafísica. Wittgenstein sugiere que no existe un significado más profundo debajo de las cosas cotidianas, sino que este pensamiento metafísico es inducido por la estructura de la gramática. Su objetivo es aprender a controlar esta tendencia a la abstracción.

La metodología terapéutica de Wittgenstein es autoconocimiento: comprender nuestros pensamientos y tentaciones, que son características del pensamiento abstracto. Concibe la filosofía como una herramienta para evitar tales errores.

Definiciones

La filosofía tradicional presenta definiciones, pero Wittgenstein critica esta tendencia. Sócrates, por ejemplo, cuestiona a Menón y Eutifrón sobre la virtud y la piedad. Responden con una lista de aspectos de ambas virtudes, pero Sócrates quiere algún concepto que una estos elementos. Pide definiciones.

Wittgenstein sugiere otra metodología que él llama "parecido familiar". La metáfora utilizada es las similitudes entre hermanos, que incluyen constitución, temperamento, color de ojos y otras características. Utiliza esta analogía para mostrar cómo la definición conceptual de "juego" es compleja: el ajedrez es un juego sin pelota, pero alguien gana; el fútbol es un juego con una pelota donde gana un equipo; Los susurros chinos es un juego sin pelota y nadie gana.

Significado

El autor contradice su concepción anterior de significado en palabras presentada en su Tractatus Logico-Philosophicus (1921). Concibe el significado de la palabra en función de la referencia de la palabra. La idea aparece en las primeras líneas de las Investigaciones filosóficas que cita a Agustín de Hipona: 

"Cuando los mayores nombraban algún objeto y al mismo tiempo se volvían hacia él, percibía esto, y comprendía que la cosa se significaba por el sonido que emitían, ya que querían señalarlo". (Confesiones)

La idea que expresa el pasaje es: el aprendiz de un idioma capta el significado a través de las referencias del interlocutor. Frege y Russell ampliaron este método de aprendizaje para incluir referencias lógicas.

Por el contrario, Wittgenstein afirma que el significado de las palabras se deriva del uso de las palabras en la vida de las personas:

"El significado de una palabra es su uso en la lengua".

El autor insiste en que las palabras no son solo etiquetas, sino que sus usos son más complejos: dar y recibir órdenes, dibujar un objeto a partir de una descripción, actuar en una obra de teatro, adivinar una adivinanza, pedir, agradecer, maldecir...

Sin embargo, también advierte en contra de aceptar que el significado es su uso:

"La filosofía no debe interferir con el uso real del lenguaje... Sólo puede... describirlo... No puede justificarlo... Deja todo como está".

Más tarde, Wittgenstein continúa con este tema de la dificultad de fijar el significado de las palabras argumentando que no existe un proceso mental que corresponda a conceptos tales como "significado", "comprensión" o "creencia". Esto significa que no pueden referirse a un concepto único y fijo.

Sensaciones

El autor busca articular lo que él mismo califica de inarticulado: la vida interior. Su objetivo es desmitificar los sentimientos, mostrando que no son hechos metafísicos. Según Wittgenstein el 'conocimiento' de nuestros dolores internos no existe, ya que conocer supone algo por conocer y algo por no conocer. La vida interior se experimenta, pero no forma parte del conocimiento.

Interpretación

La justificación de las creencias se basa en interpretaciones que, para ser justificadas, necesitan otro nivel de justificación y así seguido en una espiral interminable que no encuentra una justificación última. Wittgenstein se niega a quedar atrapado en este camino y sugiere que buscar las bases últimas de la corrección es engañoso. Considera que la justificación no es aplicable a todas las interpretaciones, sino solo en los casos de ambigüedad en los que se necesita interpretación para proceder.

Para interpretar el autor apela a nuestro entendimiento público compartido: las palabras y sus significados no son asuntos privados, sino necesariamente públicos.


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