En la Grecia posaristotélica ya se habían desarrollado sistemas dogmáticos como respuesta al desordenado entorno: el estoicismo y el epicureísmo. Pirro de Elis, fundó otra filosofía: el escepticismo. Argumentó que nadie podía saber con seguridad, ni él podía saber, si lo que percibía con sus sentidos era real, no una ilusión. Fue el antídoto escéptico a las filosofías dogmáticas contemporáneas. Su importancia radica en un seguidor de Pirro, Sexto Empírico (siglo II dC), quien escribió Pros dogmatikous (Contra los matemáticos). Sexto, médico, recibe su apellido de su enfoque de la medicina, basado en la idea empírica de que la experiencia es más confiable que la teoría médica.
Sexto cita extensamente a otros autores en su obra y así conserva las ideas de éstos para futuros estudiosos. Por ejemplo, Hume y Kant utilizaron textos de Sexto para su estudio de la filosofía antigua.
El libro de Sexto describe el escepticismo pirronista en una crítica a los dogmas contemporáneos. El fin último de la filosofía pirrónica era la felicidad (eudemonia) y la mejor forma de conseguirlo era suspender las creencias (epoché) que luego conducirían a la ecuanimidad (ataraxia). Sexto describe el pirronismo como:
"... una disposición a oponer fenómenos y noumenos entre sí de cualquier manera, con el resultado de que, debido a la equipolencia entre las cosas y los enunciados así opuestos, somos llevados primero a la epoché y luego a la ataraxia..."
Se llega a la suspensión a través de proposiciones de equilibrio: para cada proposición se apunta razones, igualmente convincentes, para creer qué es verdadera o falsa. Esto conduce a una suspensión de cualquier creencia en la proposición (epoché): no es ni verdadera ni falsa.
Para Sexto el escepticismo se diferencia de otras filosofías como el epicureísmo o el estoicismo, no por su contenido doctrinal, sino por su actitud ante los problemas filosóficos. Lo que es común a todos ellos es su objetivo de lograr la ataraxia, aunque de diferentes maneras:
- El epicureísmo busca el placer, no en sí mismo, sino como la evitación del dolor. Este nivel de vida sin dolor es ataraxia.
- Para los estoicos el propósito de la vida es vivir virtuosamente, en consonancia con la Naturaleza. Viviendo así conduce a la ataraxia.
- El pirroniano llega a la ataraxia a través de la suspensión del juicio.
El pirronismo es más terapéutico que teórico. Su objetivo es lograr la tranquilidad. Al poner las cosas en una oposición igual y suspender el juicio, se produce un estado de suspenso mental, ataraxia.
Resumen
Pros dogmatikous es otro nombre para los primeros 6 capítulos de Adversus Mathematicos o Contra los profesores.
Tiene la siguiente estructura:
I Contra los gramáticos
II. Contra los retóricos
III. Contra los geómetras
IV Contra los aritméticos
V. Contra los astrólogos
VI. Contra los músicos
Sexto usó el argumento de la regresión infinita imposible contra todos los métodos de razonamiento:
"Aquellos que pretenden juzgar por sí mismos la verdad, están obligados a poseer un criterio de verdad. Este criterio, entonces, o no tiene aprobación de un juez o ha sido aprobado. Pero si no tiene aprobación, ¿de dónde viene que sea digno de verdad? Porque ninguna materia de disputa debe ser confiada sin juzgar. Y, si ha sido aprobada, él que la aprueba, a su vez, o ha sido aprobado o no ha sido aprobado, y así hasta el infinito".
La solución de Sexto a la regresión infinita de los juicios racionales fue aconsejar que los juicios deberían suspenderse, sobre todo las creencias. Esto significa que no debemos afirmar ni negar que ninguna creencia sea verdadera o falsa. Otros negaron la posibilidad del conocimiento, pero Sexto no proclamó eso. Argumentó que afirmar que nada se puede conocer es una creencia afirmativa, pero aboga por abandonar la creencia por completo. Suspende el juicio (epoché) sobre si algo es cognoscible o no. Sólo a través de la suspensión del juicio podemos alcanzar la paz mental (ataraxia). La práctica de suspender el juicio es posible, según Sexto, actuando por hábito.
El autor admitió que podemos hacer afirmaciones afirmativas sobre nuestra experiencia, es decir, las cosas que percibimos o sentimos puedan ser ciertas. Sin embargo, esto no sugiere un conocimiento objetivo sobre la realidad externa. Ofrece el ejemplo de probar la miel. Aunque cuando lo comes notas que sabe dulce, este es un juicio subjetivo y puede, o no, decirte algo sobre la miel en sí.
Sexto le da un significado específico al dogma: algo que está más allá de las apariencias y, por lo tanto, no es demostrable ni refutable. Incluidos en esto están la naturaleza, la existencia del tiempo, la causalidad, el movimiento o la prueba misma. El escéptico cree en las apariencias sensoriales, pero suspende el juicio sobre la verdad última, metafísica, de los asuntos no evidentes.
El escéptico puede creer que Dios existe o no existe. Sin embargo, su creencia no se basará en un razonamiento, ya que no es demostrable que el asentimiento a esta tesis sea más creíble que la negación de la misma.
Temas
La Verdad
El concepto de verdad fue central para el pensamiento epicúreo y estoico, en comparación con los escépticos pirrónicos.
Los criterios epicúreos para la verdad eran la plena aceptación de la información sensorial, las ideas preconcebidas y los sentimientos. Usándolos como base, elaboraron otras proposiciones.
Los estoicos buscaron la verdad en las "impresiones cognitivas" que se creía que garantizaban la verdad.
Sexto critica las bases sensoriales impresionistas, tanto de Epicuro como de los estoicos. Argumentaba que el intelecto no puede discernir qué impresiones reflejan el mundo y cuáles no. No se puede confiar en las impresiones perceptivas como criterio. Sin embargo, fiel a su propia verdad, Sexto suspende el juicio sobre si existen o no criterios de verdad.
Entonces, ¿puede el escéptico pirrónico tener creencias? Sexto declara que hay dos significados para 'dogma'. Fiel a la fórmula de su filosofía, el autor afirma que un significado es que los escépticos tienen dogmas; la otra es que no albergan dogmas. El segundo significado se interpreta en el sentido que no tienen opiniones filosóficas. El primer significado, opiniones sostenidas, se toma como el reconocimiento del escéptico de ser consciente de las apariencias:
"Cuando decimos que los escépticos no tienen creencias, no tomamos 'creencia' en el sentido en que algunos dicen generalmente, que creer es consentir en algo; porque los escépticos asienten a los sentimientos que les imponen las apariencias, por ejemplo, no dirían, cuando se calientan o se enfrían, 'Creo que no estoy caliente (o enfriado)'. Más bien, decimos que no tienen creencias en el sentido en que algunos dicen que la creencia es asentimiento a algún objeto poco claro de investigación en las ciencias; porque los pirrónicos no dan su consentimiento a nada que no esté claro".
El escéptico reconoce apariencias que no van acompañadas de apariencias iguales y opuestas. Sin embargo, esto no implica decir que son teóricamente correctos o dar razones para aceptarlos. Está simplemente respondiendo pasivamente a su atracción.
Método dialéctico
El pirrónico Aenesidemus produjo un bosquejo de argumentos escépticos para ayudar a refutar afirmaciones dogmáticas. Sexto analiza un grupo de Diez Modos de los escritos de Aenesidemus. Estos modos describen la forma en que Sexto y sus compañeros escépticos se comportan dialécticamente:
1. "Las mismas impresiones no son producidas por los mismos objetos debido a las diferencias en los animales".
Es razonable suponer que los humanos no perciben el mundo con mayor precisión que otros animales. Esto nos obliga a suspender nuestro juicio sobre la naturaleza de las cosas. Si a los perros les gustan los malos olores y a los humanos no, no podemos concluir que los malos olores sean atractivos o no por su naturaleza.
2. Las mismas impresiones no son producidas por los mismos objetos debido a las diferencias entre los seres humanos.
Al igual que en la 1a., los humanos pueden estar en desacuerdo sobre su visión de las cosas y no existe una base racional para decidir que nuestra visión personal es la correcta.
3. Las mismas impresiones no son producidas por los mismos objetos debido a las diferencias entre los sentidos.
Lo mismo se aplica a los diferentes sentidos de la misma persona. El perfume puede ser agradable a la nariz pero no al gusto. No podemos generalizar que el perfume, por su naturaleza, sea más agradable que lo contrario.
4. Por las "circunstancias, condiciones o disposiciones", los mismos objetos aparecen diferentes. La misma temperatura, según lo establecido por el instrumento, se siente muy diferente después de un período prolongado de frío invernal que después de un clima templado en otoño. El tiempo parece lento cuando es joven, y rápido a medida que avanza el envejecimiento."
Los perceptores experimentan el mundo dependiendo de su estado emocional o físico. No podemos juzgar estas experiencias, ya que no tenemos bases racionales para evaluarlas.
5. "Basado en posiciones, distancias y ubicaciones; porque debido a cada uno de estos los mismos objetos parecen diferentes".
Dependiendo de la ubicación y posición de un objeto, su apariencia para el observador se verá muy afectada.
6. “Deducimos que dado que ningún objeto nos llama la atención completamente por sí mismo, sino junto con algo más, tal vez sea posible decir cómo es la mezcla formada por el objeto externo y la cosa percibida con él, pero no seremos capaces de decir cómo es el objeto externo en sí mismo".
No podemos experimentar nada en su pureza porque los objetos se perciben mezclados con otros elementos: su composición interna, o su entorno externo. Como no podemos experimentar la naturaleza de las cosas, no podemos decir cuál es esa naturaleza.
7. "Basada, como dijimos, en la cantidad y constitución de los objetos subyacentes, entendiendo generalmente por "constitución" la manera de composición".
La calidad y las proporciones de las cosas producen efectos diferentes. Beber vino en exceso debilita, pero beber la cantidad adecuada fortalece. Concluimos que la naturaleza del vino no es más fortificante que debilitante.
8. "Dado que todas las cosas parecen relativas, suspenderemos el juicio sobre qué cosas existen absolutamente y realmente existen. ¿Las cosas que existen "diferencialmente" en oposición a aquellas cosas que tienen una existencia propia distinta, difieren de las cosas relativas o no? Si no difieren, entonces también son relativas; pero si difieren, entonces, puesto que todo lo que difiere es relativo a algo..., las cosas que existen absolutamente son relativas".
La relatividad es el paradigma. Las propiedades de un objeto son relativas al perceptor y las características de la cosa. Estas opiniones parciales no son suficientes para determinar su naturaleza, por lo que debemos suspender el juicio.
9. "Basado en la constancia o rareza de ocurrencia".
La frecuencia de contacto con algo afecta nuestra percepción de ello. Los objetos raros parecen valiosos, las cosas hermosas son menos llamativas cuando se ven después de la primera vez. Los diamantes son igualmente valiosos y sin valor.
10. "Hay un Décimo Modo, que se ocupa principalmente de la Ética, basándose en reglas de conducta, hábitos, leyes, creencias legendarias y concepciones dogmáticas".
Las costumbres, las culturas y las leyes evalúan el mundo de manera diferente. Una práctica en un lugar es inmoral, en otra no, como muestran los diferentes puntos de vista sobre la homosexualidad. Debemos suspender el juicio sobre los valores intrínsecos.
El objetivo general de La Pirroneia de Aenesidemus es demostrar que no existe una base firme para la cognición.
Ataraxia
Ataraxia es paz mental. Dado el desorden en las ciudades griegas tras la muerte de Aristóteles, Macedonia pudo conquistar el territorio. Para contrarrestar la atmósfera de ansiedad, la gente buscaba una forma de vivir en tranquilidad. El estoicismo y el epicureísmo ofrecieron estilos de vida, al igual que el escepticismo. Sexto propone una forma de vida terapéutica a través de la práctica de un escrutinio único de todos los aspectos de cualquier pregunta. Esta práctica permitirá al escéptico desarrollar la habilidad de evaluar ambos lados de un problema.
Los pirrónicos llegan a su paz mental, la ataraxia, no juzgando las apariencias, sino aprendiendo a "oponer las apariencias a los juicios" de modo que sean "llevados primero a un estado de suspenso mental y luego a la ataraxia".
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