VISIÓN GENERAL



Este es el resumen de la historia del pensamiento occidental presentado como una cadena de ideas, acontecimientos y hechos que han ido configurando nuestra forma de pensar, creer y actuar.

La historia del pensamiento occidental se puede rastrear siguiendo las diferentes síntesis a lo largo de su evolución porque la progresión de las ideas filosóficas funciona de manera binaria: se discuten dos ideas contrastadas y en ocasiones surge una tercera idea uniendo las dos primeras. Entonces una idea opuesta a esta conduce a otra síntesis, o no.

La primera oposición ideológica se remonta a los poemas homéricos, La Ilíada y La Odisea, anteriores al siglo VII a. C. Ambos textos relatan las relaciones entre lo humano y lo divino representadas por Aquiles, Ulises y los dioses. La Ilíada cuenta la historia de las intervenciones divinas y la manipulación de vidas humanas. La Odisea, por otro lado, enfatiza un héroe que es capaz de cuidarse a sí mismo sin mucha intervención divina. Como secuela de La Ilíada, La Odisea evoluciona como una historia que pasa de una historia de engaños divinos a una de libertad humana. Esta evolución es la de un héroe épico capaz de resolver sus propios problemas y prefigura la posterior tradición griega de investigar su mundo sin referencia a las divinidades. Es un precursor de la polémica entre una cosmovisión vertical y una horizontal.

Los Presocráticos, que vivieron en pequeños estados insulares en el Egeo entre los siglos VII y V a.C., heredaron las categorías mentales de la explicación mitológica griega mezcladas con la perspectiva homérica de la humanidad hecha a sí misma. Propusieron una síntesis entre mitos y logos a través del concepto de Kosmos (orden), la idea de que el universo podía ser analizado y explicado tanto a través del pensamiento racional como de la mitología. 

Se concentraron más en el aspecto racional que en los mitos. Su objetivo era explicar la esencia de la naturaleza (fisis). La secta pitagórica propuso las matemáticas como explicación esencial de la naturaleza; Tales sostuvo que era agua; Anaximandro argumentó que era aire. Estas descripciones racionales del mundo físico llevaron a una nueva explicación proto-científica del mundo físico paralela a la metafísica tradicional de la mitología. Esta cosmovisión horizontal continuó la visión de la Odisea y se enriqueció a través de la racionalización de lo físico; en la visión vertical, la mitología impulsaba la explicación metafísica de la realidad como en la Ilíada homérica o la Teogonía de Hesíodo. Estas visiónes planas versus ascendentes impregnaría el pensamiento occidental

En el Mundo socrático de los dos siglos siguientes, del V al IV a.C., las tensiones fueron éticas, epistemológicas y físicas. Cada una fue formulada en binomios verticales/horizontales: 

Sócrates centró su interés en la cuestión ética de la convivencia social: ¿cómo podrían las personas de la ciudad-estado (polis) de Atenas vivir juntas en armonía? La respuesta influiría en los inicios del pensamiento político. Una vez más, esta reflexión sobre la ética fue moldeada por un plan de arriba/abajo. Esparta resolvió el conflicto a través de una organización militar de arriba hacia abajo, Corinto a través de la oligarquía y Atenas en el concepto de democracia: de abajo hacia arriba.

Platón, introdujo un nuevo problema: ¿cómo sabemos? Para él, la cuestión del conocimiento precedió al problema ético de la cohesión social. Este nuevo conflicto se expresa en términos de una oposición entre una representación mental perfecta en formas (morfe), y la realidad sensorial de la materia física (fisis). El autor resume su solución en La alegoría de la cueva donde valora el idealismo sobre la materia.

Aristóteles, por su parte, reconoció el sesgo de Platón a favor del pensamiento en contra de la materia y propuso una investigación empírica de la naturaleza a través de la clasificación física del Kosmos. Esto fue un reconocimiento abierto de la oposición entre fisis y metafisis. Aunque no llegó a sintetizar idealismo y empirismo, señaló el camino hacia las soluciones futuras a través de la conversación (dialéctica), una confrontación de visiones opuestas con el objetivo de sintetizarlas.

En la pintura del Renacimiento italiano 'La escuela de Atenas', Rafael resumió las visiones binarias centrales de los patrones de pensamiento occidentales al representar a Platón apuntando verticalmente mientras Aristóteles señala horizontalmente.


El período Helenístico comenzó cuando Alejandro el Grande invadió Persia y luego expandió su imperio a Egipto en el 332 a. C. En Egipto gobernaban los Ptolomeo, una familia macedonia que había heredado la tradición griega de investigación que los inspiró a fundar la Biblioteca de Alejandría. Atrajo a estudiosos de todo el imperio que aprovecharon la tradición helenística de tolerancia del sincretismo. Esta mezcla de conocimiento empírico y teórico del vasto imperio fue el Internet de su tiempo y produjo una síntesis de información entre la especulación y el cálculo matemático.

Cuando el Imperio romano llegó al poder en Grecia (197 a.C.), heredó la cultura griega y continuó sus filosofías. La cuestión ética y social de la convivencia planteada por Sócrates obtuvo diferentes soluciones filosóficas adoptadas por los intelectuales romanos de la tradición griega.  El estoicismo tendía a una síntesis del pensamiento vertical y horizontal: el Kosmos, orden mundial que se regía por un logos divino. El epicureísmo se concentró más en el presente y enseñaba que los dioses eran distantes y desinteresados. El escepticismo fue una respuesta a la pregunta de Platón sobre el conocimiento. Los escépticos representaron la duda, incluso sobre la información sensorial, mientras seguían usando la lógica para pensar en política. 

El neoplatonismo, que surgió a mediados del siglo III en el momento de la crisis imperial romana, fue la filosofía que ofreció una síntesis de la tradición helenística al mundo grecorromano tardío. Derivado de la filosofía, la religión y la literatura helenísticas superó a otras filosofías con una teoría comprensiva del universo y el lugar del individuo en él. El neoplatonismo sintetizó mil años de investigación intelectual reuniendo sistemáticamente en diálogo (dialéctica) teorías empíricas, morales y metafísicas de Platón, Aristóteles y los estoicos. El pensamiento neoplatónico no incluyó nociones epicúreas, quizás porque no coincidían con el énfasis platónico tradicional en lo metafísico.

Agustín de Hipona abrazó el neoplatonismo en sus Confesiones (397-400 d.C.). Posteriormente la obra de su vida sería un esfuerzo por sintetizar cristianismo y neoplatonismo en La Ciudad de Dios. En moralidad Agustín sigue la ética neoplatónica de la vida virtuosa que significa llegar a ser como Dios. Como neoplatónico, Agustín veía el problema del mal de forma binaria como una privación del bien, no como algo sustancial en sí mismo. La contemplación mística como medio para encontrar directamente a Dios también vino de sus lecturas neoplatónicas. Su teología filosófica del pecado original, el libre albedrío y la naturaleza del hombre también fueron influenciados por el neoplatonismo. Su concepto de Dios y el alma como inmateriales, en oposición al cuerpo material, también es neoplatónico. Esta oposición cuerpo/alma hace eco del binomio materia/ideas de Platón y la tradicional oposición vertical/horizontal. Agustín concordaba con el pensamiento platónico tradicional y la cosmovisión neoplatónica enfatizaba lo metafísico más que lo físico.

En la filosofía occidental medieval el principal desafío seguía siendo unir las visiones vertical y horizontal, ahora llamadas fe y razón. La dicotomía consistió en las dos fuentes de conocimiento:  la revelación bíblica y el empirismo aristotélico. Averroes propuso la teoría de la doble verdad argumentando que los dos tipos de conocimiento eran opuestos. Tomás de Aquino rechazó este enfoque, proponiendo que ambos tipos de conocimiento eran compatibles: la revelación que guía la razón y la razón que aclara y desmitifica la fe. En su Summa Theologica, compuesta entre 1265 y 1274, Aquino sintetizó la filosofía natural aristotélica y la teología cristiana. Este conflicto entre el empirismo aristotélico y la revelación es otra muestra de la tradicional tensión entre las interpretaciones horizontales/verticales de la realidad.

El período del Renacimiento, no tanto una síntesis más un nuevo comienzo, empezó en Italia en el siglo XIV. Se trataba de una nueva visión basada en studia humanitatis, una investigación sobre temas tradicionales pero desde textos latinos y griegos. En política, incluyó un arrebatamiento gradual del poder a las autoridades religiosas para promover una visión seglar de la organización política y un uso progresivo de la lengua vernácula para reemplazar el latín de la iglesia. El Renacimiento florentino optó por una visión más horizontal de la política y la interpretación histórica.

En el resto de Europa en los siglos XV y XVI se mantuvieron las fuentes cristianas como motor de cambio y se acentuó el lugar del individuo, pero dentro de la religión. El humanismo fue una respuesta al cambio social porque la religión establecida no sabía hacer frente a él. Erasmo dirigió críticas igualmente contra la corrupción de los Papas, la escolástica y el dogma protestante sobre la predestinación.

La Reforma del siglo XVI fue una respuesta religiosa generada por la progresiva alfabetización social y los abusos de poder de la Iglesia católica. La escisión tomó los nombres de dos enfoques horizontales: la ciencia empírica y la tradición aristotélica. Fueron Bacon, Kepler y Copérnico quienes demostraron que el camino a seguir era el empirismo, no el aristotelismo. El norte de Europa se estaba poniendo gradualmente del lado de lo empírico contra el conocimiento por revelación eclesiástica en la tradición humanista del Renacimiento. Al mismo tiempo inició un cambio político impulsado por la religión. La Europa transalpina había optado por un cambio horizontal social y científico conservando la referencia vertical de la religión reformada.

En el sur de Europa la Contrarreforma fue una reacción católica a la heterodoxia protestante. La dicotomía fue entre conocimiento tradicional y empírico. La escolástica, Aristóteles y la Biblia todavía se consideraban las fuentes del conocimiento científico. El sur católico mantuvo una epistemología conservadora basada en una visión vertical y rechazó la versión empírica horizontal. Los científicos tuvieron que aceptar este Matrix o morir en la hoguera como Giordano Bruno.

La Edad de la Razón en el siglo XVII vio una continuación de la división vertical/horizontal :

En Europa septentrional, ya a favor de un enfoque empírico, esta división se refería a la política, no a la religión, que ya se había decidido durante la Reforma. En el Reino Unido, en conflicto se desarrolló en una guerra civil: Hobbes favoreció la visión vertical vista en su apoyo a los derechos divinos absolutistas del rey; Locke representó una perspectiva horizontal proponiendo el contrato social y la separación de poderes entre el ejecutivo, el parlamento y el sistema judicial.

En Europa meridional, la verticalidad y la horizontalidad recibieron el nombre de revelación y razón. Descartes creía en Dios, pero su división estaba dentro del individuo humano: pensamiento/existencia, otra expresión de las definiciones metafísicas o físicas opuestas. Pascal se opuso tanto al empirismo como a la razón con la revelación. Malebranche pretendía sintetizar el pensamiento cartesiano racional con el neoplatonismo religioso de Agustín. Vinculó las ideas divinas con la percepción sensorial en una síntesis de idealismo platónico y experiencia física llamada ocasionalismo.

Durante la Ilustración en el norte de Europa (siglo XVIII), el empirismo científico ganó la batalla de la oposición tradicional entre lo físico y lo metafísico. La física propuso una realidad determinista como enfoque para comprender la naturaleza, en sustitución de la revelación. Sin embargo, eso dejó a los filósofos sin un objetivo, ya que no empleaban el método científico. Esto les llevó a volver a la pregunta epistemológica de Platón: ¿cómo sabemos? Las respuestas se basaron puramente en una cosmovisión horizontal:

En una forma extrema de empirismo, Berkeley argumentó que no podemos saber directamente nada fuera de nuestras mentes. Hume también adoptó un enfoque empírico más limitado diciendo que el cerebro construye sentido a partir de una realidad caótica. La teoría económica de Adam Smith proponía un mercado libre, que aunque parecía caótico estaba guiado por una mano invisible. Kant propuso una visión (en la tradición homérica de la inmanencia) argumentando que el conocimiento resultaba de una síntesis de experiencia y conceptos. También puso limitaciones a la capacidad de conocimiento humana al afirmar que podríamos conocer las apariencias (fenómeno) pero no la cosa en sí misma (noúmeno).

En el sur de Europa, la síntesis de la Ilustración entre trascendencia religiosa y materialismo racional adoptó la forma intermediaria de materialismo metafísico. Esto se vincula con la tradición presocrática de búsqueda de la esencia de la Naturaleza en el fuego, el agua, el aire, los números... Usando el escepticismo para cuestionar la autoridad, Voltaire defendió el libre albedrío contra el determinismo, pero reconoció que los humanos se rigen por leyes naturales. En ética sostenía que la acción correcta estaba guiada por la razón. El escepticismo también motivó a Diderot en sus escritos para l'Encyclopédie. Combinó el racionalismo con la fe en la mente humana aunque reconociendo sus limitaciones. Su objetivo era radicalizar el empirismo hacia una metafísica materialista a través del eclecticismo pero evitando el dogma.

Los siglos XIX y XX en EE. UU. crearon tres síntesis :

La tradición romántica conservó una síntesis entre lo vertical y lo horizontal, la Naturaleza y Dios. Thoreau vio el dominio físico como una parte integral del espiritual. William James reconcilió ciencia y religión en el teísmo.

Sin embargo, otras síntesis prescindieron de lo vertical, se concentraron en las oposiciones horizontales y enfatizaron sus limitaciones. Esto llevó a una certeza incómoda: hay límites para nuestra comprensión. El pragmatismo sintetizó el razonamiento y el empirismo en el pensamiento de Pierce. Afirmó que ni el método empírico ni el racional podían lograr la certeza, que la realidad está en un cambio constante y no se puede determinar con precisión. James argumentó que nuestra percepción del mundo físico no está clara. El darwinismo influyó en la teoría del conocimiento, ya que si la realidad cambiaba solo podríamos conocerla en el punto de observación, no en su totalidad.

En los siglos XIX y XX, en Europa septentrional el discurrir mental ya era decididamente horizontal y la oposición era entre filosofía y ciencia. Bajo la creciente influencia de la certeza científica, los filósofos comenzaron a buscar una base sólida para su pensamiento. En ética, el utilitarismo de Bentham argumentó que la felicidad del mayor número era una base sólida para la legalidad, la sociedad y la moral. Fichte y Hegel propusieron un modelo para el pensamiento humano que recuerda a la dialéctica de Aristóteles: tesis, antítesis y luego síntesis. La fenomenología, propuesta por Husserl, tiene como base filosófica un estudio de la conciencia dentro del flujo de la experiencia(stream of consciousness). Charles Darwin basó su teoría de la evolución, el darwinismo, en la ciencia de la biología sin tener en cuenta las explicaciones teológicas, pero la teoría se aplicó luego como explicación filosófica de los fenómenos sociales, la psicología y el concepto de cambio. Nietzsche defendió el perspectivismo: el conocimiento y la comprensión están condicionados por la forma en que vemos los objetos, pero desde nuestra perspectiva, que es desde un lugar y a la vez desde un ángulo específico no vemos todo. Argumentó que el conocimiento de la totalidad es ilusorio. Russell estaba de acuerdo con el perspectivismo y opinaba que nuestros sentidos nos cuentan mentiras porque perciben instantáneas, no el flujo cambiante, por lo que promovió un 'escepticismo de los sentidos'. Wittgenstein advierte que el escepticismo filosófico en sí mismo tiene sus límites: la duda excesiva socava la racionalidad y, por lo tanto, la base de la duda. Heidegger introdujo una visión holística del cartesianismo que explica la existencia y el pensamiento como dos caras de una misma moneda. Los humanos se relacionan con la realidad externa construyendo teorías sobre ella. Los filósofos de esta época buscaron una base sólida para su filosofía y terminaron cuestionando los límites de su propio conocimiento.

En Europa meridional el énfasis estaba en relegar la metafísica a favor de lo empírico. La teoría del positivismo de Comte rechazó la metafísica y la teología y propuso el empirismo científico, como epistemología, pero no como verdad absoluta sino como conocimiento creíble. El existencialismo de Sartre argumentó que las ideas provienen de la experiencia sintetizando así la existencia y el pensamiento. Contra el determinismo afirmó que estamos condenados a ser libres y, por tanto, moralmente responsables. El modelo estructuralista de Lévi-Strauss sintetiza diferentes tipos de conocimiento como mitos, rituales y datos en estudios antropológicos. Merleau-Ponty sintetiza estructuralismo y fenomenología. Hace la transición del análisis de la percepción al estudio de la existencia misma utilizando las herramientas del estructuralismo y el lenguaje. En el posestructuralismo, Foucault siguió a Kant argumentando que, en contraste con la visión clásica iniciada por Descartes, el lenguaje no es un instrumento de pensamiento sino independiente del pensamiento. En el modelo cartesiano, el pensamiento y el ser están vinculados, pero Kant afirma que el pensamiento no puede representar lo real, ya que la ontología y la percepción mental no están relacionadas porque la realidad es siempre más que su representación. Sin embargo, Foucault critica a Kant afirmando que el "yo" no puede ser simultáneamente el objeto y la fuente de representaciones trascendentales. Agrega que los filósofos modernos no han demostrado la hipótesis de Kant. La deconstrucción de Derrida subvierte el pensamiento binario detrás de la filosofía occidental, pero no propone síntesis en su lugar.

En el pensamiento occidental contemporáneo la física clásica se opone al modelo de la mecánica cuántica. El primero es determinista según Einstein, pero la interpretación de Copenhague presenta la física cuántica como aleatoria. Bohm sugirió una teoría holística de la no-localidad: que el universo está físicamente interconectado al nivel cuántico, pero donde ningún humano podrá acceder. Esto está en línea con la tradición escéptica que la Ilustración profundizó : como humanos no podemos conocer la realidad. Tampoco es muy diferente de las tradiciones místicas que fomentan la humildad frente a la totalidad del universo. El Dao chino en el taoísmo se refiere a la unidad holística del no sujeto, no objeto, pero esto no se puede medir. Parece que lo horizontal no puede entenderse sin una referencia a lo vertical.

En 1930 Paul Dirac publicó el libro "Principios de la mecánica cuántica" en el que sintetizó el trabajo de Heisenberg sobre la mecánica matricial y el trabajo de Erwin Schrödinger sobre la mecánica ondulatoria en un solo formalismo matemático llamado ecuación de Dirac. Esto reunió dos de las ideas más importantes de la ciencia: la mecánica cuántica, que describe el comportamiento de objetos diminutos; y la teoría especial de la relatividad de Einstein, que describe el comportamiento de los objetos que se mueven rápidamente. La ecuación de Dirac describe cómo se comportan partículas como los electrones cuando viajan cerca de la velocidad de la luz. La ecuación de Dirac también predijo la existencia de la antimateria, la imagen especular de todas las partículas conocidas. Más tarde se descubrió que la antimateria existía en el mundo real. (¿Toda la materia es binaria?)

Rovelli ha presentado la teoría de la gravedad cuántica de bucle para integrar el tiempo y el espacio de la física clásica a la cuántica. El espacio es una cota de malla y el tiempo sus movimientos:


La teoría de cuerdas es otro intento de combinar la teoría general de la relatividad a y la mecánica cuántica. Veneziano observó que la fuerza que une protones y neutrones podría explicarse usando la función beta de Euler. Las matemáticas de Veneziano describen la vibración de filamentos de energía como hebras de cuerda. Esta teoría tiene como objetivo sintetizar la física macro y micro a través de la gravedad.

Conclusión: Rovelli insiste en que el progreso del pensamiento científico ha funcionado mediante la síntesis de contradicciones. Da estos ejemplos en Siete breves lecciones de física (2014): 
"Newton descubrió la gravedad universal combinando las parábolas de Galileo con las elipses de Kepler. Maxwell encontró las ecuaciones del electromagnetismo combinando las teorías de la electricidad y el magnetismo. Einstein descubrió la relatividad al resolver un aparente conflicto entre electromagnetismo y mecánica." 
Parece que el pensamiento filosófico funciona de la misma manera. Quizás los humanos simplemente piensan de manera binaria ya sea en ciencia o en filosofía.

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