- Memorabilia por Jenofonte


Contexto

Jenofonte (440-354 aC) fue discípulo de Sócrates, al igual que Platón. Ambos narraron la vida y la filosofía del maestro desde diferentes perspectivas, aunque la imagen de Sócrates de Jenofonte es más práctica. La interpretación de Platón de la epistemología socrática: 'la virtud como conocimiento', también está ausente del relato de Jenofonte. Ambos coinciden en que Sócrates fue un crítico del sistema social y político ateniense.

Resumen

Memorabilia, escrito antes del 371 a. C., se estructura en torno a conversaciones con otros y algunos discursos. Los interlocutores son diversos: una prostituta, un aspirante a político, el hijo de Pericles, un descontento...

El objetivo del trabajo es refutar los cargos juridicos contra Sócrates en su juicio utilizando su comportamiento y principios para demostrar sus falsedades. Los argumentos de Jenofonte se basan en el ideal socrático del verdadero bien, pero es más una interpretación de Jenofonte que un reflejo del pensamiento socrático sobre la cuestión.

Hay errores históricos que sugieren una obra de ficción, no basada en hechos. (Jenofonte, a diferencia de Platón, no estuvo presente en el juicio de Sócrates.)

El libro 1. Jenofonte, presenta una defensa de Sócrates contra las acusaciones legales en su juicio. Relata la piedad y el respeto del filósofo por la adivinación. No especuló sobre el Kosmos, sino que centró su atención en asuntos humanos como la justicia, la piedad, la prudencia, el coraje, la cobardía, el arte de gobernar y el gobierno.

En su diálogo con Aristodemus, el filósofo ofrece el argumento religioso. Presenta a Dios como un diseñador monoteísta en contacto con la naturaleza.

Sobre la acusación de corromper a la juventud, la defensa que hace Jenofonte de Sócrates es reafirmar su autocontrol moral:

“…en el control de sus propias pasiones y apetitos era el más estricto de los hombres

El Libro II está compuesto por 10 secciones. Jenofonte afirma que su maestro siempre promovió las virtudes morales entre sus asociados defendiendo la autodisciplina. Recuerda una conversación con Aristipo como ejemplo en el que Sócrates afirma que el sufrimiento causado por la acción libre es más tolerable que el dolor impuesto.

Otro ejemplo es el cuento de la elección de Heracles. Vice y Virtue se acercan a este joven y tratan de seducirlo. (La historia termina antes de que Herakles elija.)

Las relaciones humanas como padre-hijo y la amistad se discuten como parte de la buena vida. En una conversación con Aristarco el filósofo le recomienda que ponga a trabajar a su numerosa familia ya que ellos serán más felices porque el trabajo trae virtud. 

El Libro III demuestra cómo Sócrates ayudó a quienes tenían intenciones virtuosas a promover sus objetivos. Aconsejó al general Dionisodoro que no solo enseñara a sus alumnos a mandar, sino que también atendiera sus necesidades personalmente, además de adquirir virtud él mismo. El filósofo argumentó que para ser un buen líder militar es necesario velar por la felicidad de las tropas y hacer de ellas mejores seres humanos.

La comprensión de la naturaleza humana debe combinarse con el conocimiento práctico para ser un buen líder. Ejercer el autocontrol y la moderación también son rasgos necesarios.

Sócrates visita a una conocida prostituta para hablar de amistad. La historia está contada con humor y doble sentido y es un ejemplo inusual en la Atenas del tiempo.

Mantenerse en forma es defendido por Sócrates a Epigenes y es un tema común en las obras de Jenofonte:

“…(t)aquí no hay ningún tipo de lucha, aparte de la guerra, y ninguna empresa en la que estarás peor manteniendo tu cuerpo en mejor forma.”

El libro IV. Jenofonte desarrolla el tema de Sócrates ayudando a los demás. Eutidemo se creyó sabio porque había encontrado las obras de poetas y sabios. Sócrates inició un diálogo con él para convencerle de que su rectitud y orgullo en realidad requerían más instrucción. El filósofo insiste en que la prudencia, la moderación y las buenas costumbres son las cualidades morales necesarias.

Jenofonte describe a Sócrates con la misión de hacer que sus contemporáneos sean más respetuosos de la ley, prudentes, moderados y autocontrolados. Esta última cualidad es necesaria para la libertad porque nadie es libre si se rige por los placeres corporales. Como leitmotiv ofrece una interpretación de la inscripción del oráculo de Delfos: "Conócete a ti mismo". Dice que para ayudar a otros debes:

"... considera qué tipo de criatura es para uso humano y conoce sus propios poderes".

Este libro termina con un elogio de Sócrates por parte de su discípulo:

"Para mí, lo he descrito tal como era: tan religioso que no hizo nada sin el consejo de los dioses, tan justo que no hizo daño, por pequeño que fuera, a ningún hombre, sino que otorgó los mayores beneficios a todos los que trataron con él... feliz debe ser el hombre".

Comentario 

Defensa de Sócrates

El objetivo principal de Jenofonte en Memorabilia es refutar los cargos legales presentados contra Sócrates: no adorar a los dioses del Estado y corromper a la juventud.

El autor presenta a su maestro como un modelo de autocontrol a seguir e insiste en que a través de su buen comportamiento siempre había enseñado a la juventud ateniense cómo vivir correctamente. En resumen, que Sócrates practicaba lo que predicaba y en lugar de profesar su enseñanza dio ejemplo.

Jenofonte expresa asombro de que Sócrates pueda ser considerado impío ya que conoce su devoción por los dioses. Declara que el filósofo no sólo no se atrevía a intervenir en los asuntos de los dioses, sino que discutía con las personas que querían hacerlo. Describe a su maestro no como un explorador de todas las cuestiones, sino como un pensador que se preocupa únicamente por los comportamientos sociales. Afirma que Sócrates percibió a las deidades como la máxima autoridad y no cuestionó eso.

Ciencias

Sócrates no se presenta como interesado por las ciencias. El relato de Jenofonte le retrata diciendo que la geometría básica era aceptable pero que no podía entender el valor práctico de las figuras más complicadas. Lo mismo ocurría con la astronomía donde el filósofo no lograba comprender el propósito útil de todos aquellos cálculos y prefería dedicar su tiempo a otro tipo de estudios.

"Ni siquiera abordó ese tema tan favorecido por otros conversadores, “la naturaleza del universo”: y evitó especular sobre el llamado Cosmos de los sofistas, cómo funciona, y sobre las leyes que rigen los fenómenos de los cielos: de hecho, demostraría que perturbar la mente de uno con tales problemas es pura locura."

Jenofonte ejemplifica la actitud de Sócrates hacia la ciencia en su reacción a los análisis de Anaxágoras:

"Porque ese sabio, al declarar que el sol es fuego, ignoró el hecho de que los hombres pueden mirar el fuego sin inconvenientes, pero no pueden mirar fijamente al sol; que su piel está ennegrecida por los rayos del sol pero no por el fuego. Además, él ignoró el hecho de que la luz del sol es esencial para la salud de toda la vegetación, mientras que si algo se calienta con fuego, se marchita, ni puede resistirlo por mucho tiempo, mientras que el sol brilla con una luz sin igual para siempre".

Sócrates afirma que sigue el método científico, pero como aficionado se confía demasiado y supone que las leyes naturales son obvias. Sin embargo, Jenofonte no critica esto en su maestro. Como soldado e historiador, estaba más interesado en los aspectos prácticos de la vida que en la metafísica.

Consejos 

El diálogo es otra forma en que Jenofonte presenta ejemplos. Algunos de los consejos básicos que ofrece Sócrates es: 'la práctica hace al maestro':

"No, Critobulus, si quieres ser considerado bueno en algo, debes tratar de serlo; esa es la forma más rápida, segura y mejor. Al reflexionar, descubrirás que todo tipo de excelencia que la gente reconoce se mejora con estudio y practica."

El reconocimiento por parte de los demás es una prioridad en este discurso. Esto subraya interés en ideales prácticos, no abstractos.

El consejo de Sócrates a Aristarco sobre cómo alimentar a su numerosa familia femenina muestra su rigida concepción de roles en la sociedad:

"... pero si ejerces tu autoridad y les haces trabajar, te gustarán cuando descubras que son rentables para ti, y te apreciarán cuando sientan que estás complacido con ellos".

Aquí la decisión patriarcal y las razones sociales de la solución son claras. (Sin embargo, Jenofonte no explica cómo reaccionaron las mujeres.)

Metodología

El método socrático de diálogo también se ejemplifica en su consejo a Eutidemo (el guapo) cuyo orgullo le llevó a presumir que era sabio porque había recopilado las obras de poetas y filósofos famosos. En este diálogo Sócrates lleva a su interlocutor a reflexionar sobre sus propios supuestos. La línea directriz es alcanzar el ideal délfico: "Conócete a ti mismo".

"¿No está claro, también, que a través del conocimiento de sí mismos los hombres llegan a mucho bien, y a través del autoengaño a mucho mal? Para aquellos que se conocen a sí mismos, saben qué cosas les convienen y disciernen sus propios poderes y limitaciones. "

Jenofonte ofrece varios ejemplos del enfoque socrático para alentar a sus conversadores a reflexionar sobre sus propias suposiciones. Sin embargo, en Memorabilia hace preguntas en su mayoría retóricas que generalmente sólo tienen una respuesta y, por lo tanto, excluyen el debate. La última palabra se la deja siempre al propio filósofo interrogador ya que, en la versión de Jenofonte, nadie se atreve a desafiarlo. La creencia en absolutos de Sócrates podría entenderse en casos de verdad y justicia, pero la falta de debate en la interpretación de Jenofonte es limitante.

Conservador

Hay cierto conservadurismo socrático en el filósofo presentado por Jenofonte. Sus creencias son demasiado inmutables. Está abierto a aprender, pero ninguna idea nueva sacude los cimientos de lo que ya cree. Se le muestra fijo en sus ideas, con una sorprendente ausencia de curiosidad sobre muchas cuestiones científicas y con una deferencia excesiva hacia los dioses. 

"En general, con respecto a los fenómenos de los cielos, desaprobaba la curiosidad por saber cómo los concibe la deidad: sostenía que sus secretos no podían ser descubiertos por el hombre, y creía que cualquier intento de averiguar lo que los dioses no habían elegido revelar debe ser desagradable para ellos. Dijo que quien se entromete en estos asuntos corre el riesgo de perder la cordura tan completamente como Anaxágoras, que se enorgullecía, demente en su explicación de la maquinaria divina."

Sus interlocutores siempre encuentran la respuesta 'correcta' a las preguntas del maestro y eso puede parecer poco convincente para el lector. También presenta un retrato de Sócrates como presuntuoso



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