- La ética a Nicómaco por Aristóteles



Contexto

Aristóteles, como biólogo, apreció la importancia del pensamiento teórico en la investigación, convencido de que era posible alcanzar una comprensión del Cosmos utilizando este método.

Trabajó como educador del futuro Alejandro Magno. Cuando su discípulo fue coronado rey de Macedonia Aristóteles regresó a Atenas y abrió su Liceo cuyos miembros se llamaban los Peripatéticos. Pronto comenzó a distanciarse de la teoría de las formas de Platón y a elaborar sus argumentos teóricos y análisis formales. Estos influyeron en sus trabajos sobre lógica. Según Platón las cosas individuales son copias imperfectas de Formas perfectas. Aristóteles señaló que todos los seres humanos se desarrollan desde un estado imperfecto a uno más perfecto (básicamente "evolución").

Aristóteles basó sus conclusiones en la observación empírica, lo opuesto a la creencia en la revelación divina. Esta metodología también formó la base de sus teorías éticas y políticas. Ordenó a sus estudiantes que estudiaran las leyes y las instituciones políticas de ciudades y naciones para saber cómo funcionaban.

Después de un tiempo de olvido, los manuscritos del movimiento peripatético fueron redescubiertos en el siglo 1a. y una plétora de comentaristas escribieron sobre su legado. Esto entonces tuvo una gran influencia en la filosofía medieval occidental.

Resumen

La Ética a Nicómaco (escrito hacia 350 a. C.) reflexiona sobre la felicidad y la vida virtuosa.  

Sobre la cuestión socrática de cómo Nicómaco debería vivir mejor su vida, Aristóteles ofrece consejos y también explica el proceso. Comienza afirmando que todos sabemos lo que está bien y lo que está mal. Argumenta que estos son valores eternos y su consejo es sobre cómo mejorarse a si mismo siguiendo esa referencia.

El autor afirma que la felicidad por la felicidad es nuestro objetivo común y que nuestros comportamientos están sintonizados con ese fin. A partir de esto sostiene que todas las acciones que nos ofrecen felicidad son ejemplos del bien supremo.

El camino a la felicidad pasa por la virtud, pero esto es difícil de definir. Sostiene que se trata de vivir una vida sin excesos. Un acto virtuoso depende de la situación y de cómo se juzga desde el punto de vista del bien y del mal. Una virtud importante es la educación, ya que nos permite pensar por nosotros mismos y ser conscientes de cómo decidirnos por la virtud. La razón nos ofrecerá opciones y nos ayudará a tomar buenas decisiones. Este es el camino a la felicidad.

Aristóteles intenta definir la diferencia entre el bien y el mal, pero reconoce que son subjetivos. Sin embargo, sabemos que existen estas diferencias y esto es lo más cerca que llegaremos a comprenderlas.

El autor analiza varias virtudes morales y los vicios contrarios. Coraje significa tener confianza cuando se enfrenta al miedo. La templanza es no ceder a los excesos físicos. La benevolencia implica regalar dinero de manera adecuada. La ambición correcta significa ser honorable y conocer su deber. Se necesita paciencia cuando se enfrenta a la ira, aunque en ocasiones es relevante mostrar ira. La amabilidad, la sinceridad y el ingenio son virtuosos en la convivencia con los demás. La modestia no es una virtud, sino la conciencia de la vergüenza.

La justicia, en cambio, afectará nuestras posibilidades de encontrar la felicidad, ya que ser justo implica vivir una vida sin excesos y poseer todas las virtudes. La sociedad justa es meritocrática y distribuye dinero y prestigio a los virtuosos.

Las virtudes morales nos permiten comportarnos correctamente y también es necesario poseer las virtudes intelectuales adecuadas para ayudarnos a razonar sobre el comportamiento. El conocimiento científico, la intuición y la sabiduría son formas contemplativas de razonamiento, desvinculadas de los asuntos humanos. La habilidad técnica y la prudencia nos ayudan a calcular las razones. La prudencia es la virtud intelectual que más ayuda a razonar sobre la ética.

La felicidad implica amar a los demás, lo que también significa amarnos a nosotros mismos. Esto no es egoísmo, sino que nos permite cuidar de los demás, lo que debe hacer una sociedad que funciona correctamente. Cuidar a los demás es justicia y equidad y nos hace virtuosos. Debemos ser nuestros propios amigos para formar una profunda amistad con los demás. Esto se basa en el afecto, no en el beneficio material. 

La amistad es un ejemplo del bien supremo. Tiene tres tipos basados ​​en la utilidad, el placer y el carácter. Las dos primeras son amistades superficiales, por lo que no duran mucho. La mejor amistad es la que se basa en la bondad de carácter, ya que estos amigos se aprecian por lo que son, no por lo que pueden ganar. Las amistades generalmente existen entre iguales, aunque una, que involucra a padre  e hijo, se basa en la desigualdad. (Nicómaco era el nombre del padre de Aristóteles y de su propio hijo). La política se basa en los sentimientos de amistad social, por lo que existe una relación entre la amistad y la justicia. Estas amistades sociales forman tres constituciones políticas: monarquía, aristocracia y timocracia. De los tres, Aristóteles prefiere la monarquía.

Aristóteles propone la amistad y la educación como respuesta para vivir una vida virtuosa, el bien supremo, ya que implican la búsqueda consciente de la felicidad.

Temas

- Felicidad

Eudemonía es la palabra que Aristóteles usa para la felicidad. Este no es un estado subjetivo del momento o una sensación placentera que se siente durante un corto período de tiempo, sino la meta de toda una vida, un valor último por el cual puedes medir tu humanidad. Una vida feliz solo puede conocerse una vez que está completa, de modo que no se puede decir que los niños sean felices, ya que aún no han vivido sus vidas.

 “Porque una golondrina no hace verano, ni un solo día, y así tampoco ni un solo día ni un instante bastan para hacer venturoso y feliz." 

- Naturaleza

Aristóteles era biólogo y utilizó la naturaleza para presentar su visión de la felicidad humana. 

Clasifica la naturaleza de cuatro formas:

- Objetos sin vida como metales y piedras que son inanimados y sin alma.

- Vegetación como plantas vivas. Tienen alma porque buscan alimento para crecer y se sienten satisfechos cuando lo hacen.

- Animales que tienen un mayor nivel de vida, ya que se reproducen y buscan el placer. Un animal está feliz o triste dependiendo de su salud y si su vida es placentera o desagradable.

- Los humanos se diferencian del reino animal por su razón. Las personas son capaces de modificar su comportamiento basándose en principios y, por tanto, son responsables de sus opciones. Se puede culpar a los humanos por robar porque son conscientes de que está mal, pero no culparíamos a un animal por lo mismo: no sabe nada mejor.

Nuestra calidad de vida en comparación con los animales depende de nuestra razón. Usar nuestra racionalidad es perfeccionar nuestra naturaleza humana. No debemos ignorar nuestros impulsos físicos, sino canalizarlos a través de la razón.

- Virtud

Aristóteles también vinculó la virtud con la felicidad. El buen carácter moral, "virtud completa", no es un estado sino un comportamiento. El objetivo es tender a alcanzar todas las virtudes a lo largo de la vida que conduzcan a una existencia perfecta. Sin embargo, esto implica tomar algunas decisiones difíciles. Una forma de decidir es pensar que el bien menor es el más fácil de obtener mientras que el bien mayor implica sacrificio. Entonces, desarrollar un carácter virtuoso necesita una voluntad fuerte. Aristóteles critica la gratificación instantánea, pero se desespera de que la mayoría siga este camino:

“La masa de la humanidad es evidentemente bastante servil en sus gustos, prefiriendo una vida adecuada a las bestias”.

Esto es lo que el autor denomina akrasia, debilidad de la voluntad, que se produce cuando la promesa de algún placer futuro ofusca tu apreciación del bien mayor. Sin embargo, insiste en que la educación y la motivación se pueden corregir como el arquero torpe que mejora manteniendo la vista en el objetivo. La Ética advierte que es necesario hacer realmente lo correcto, no solo pensar en ello. Esto último es más en la línea de pensamiento de Platón transmitida a Descartes.

Sin embargo, Aristóteles no desdeña la abstracción y afirma que la vida realmente feliz también requiere contemplación mental. Dado que la naturaleza humana es racional, el pensamiento razonado es la máxima perfección. Con esto Aristóteles se refiere a mantener el asombro infantil delante del Cosmos. De esto trata la educación e incluye aspectos tanto teóricos como prácticos. El aspecto práctico es adquirir el carácter moral que ya esbozó. El aspecto teórico es educar a un filósofo, lo que significa elevar la mente por encima de la naturaleza hacia los dioses.

- Amistad

Esta es una virtud importante a adquirir en el camino hacia la felicidad. El tipo más alto, arête, se basa en desear lo mejor para tus amigos sin importar su utilidad o el placer que brindan. Esta amistad requiere tiempo y cuidado, lo que significa que no tendrás muchos amigos reales. Aristóteles sostiene que la amistad de este tipo es tan valiosa que está por encima de la justicia y el honor. Obtener honor supone adulación o ponerse del lado de alguien más poderoso y, por lo tanto, buscar ganancias personales. La amistad se disfruta tal cual sin necesidad de complementos. Es una combinación de placer y virtud que satisfaga tanto nuestras emociones como nuestro intelecto.

- La media áurea

Según Aristóteles la virtud es el camino intermedio evitando excesos de cualquier tipo en la búsqueda de las virtudes: coraje, justicia, templanza, benevolencia y prudencia. El coraje no cae en los extremos de la valentía o la cobardía. La justicia evita recibir o dar demasiado o muy poco. La benevolencia implica evitar dar vía a los que no lo merecen y no dar nada a nadie. Rechaza la idea de un enfoque burocrático de los malos como en "Debería ser cruel con mi vecino ahora, ya que antes fui demasiado amable con él". La media áurea es un punto intermedio entre dos vicios, no simplemente la diferencia entre muy poco y demasiado.

La medición de la media también es relativa a cada individuo. El camino intermedio de una persona puede ser el exceso de otra. Un luchador necesita más sustento que un espectador en el deporte, por lo que su dieta media será más variada que la de una persona normal. Algunos son más débiles que otros y estas personas huirán de la batalla que implica los excesos de la muerte o el suicidio. Aristóteles relaja las reglas morales para adaptarse a diversas situaciones y psicologías.

El concepto de la media áurea está en consonancia con el pensamiento griego tradicional que entendía el Cosmos como el resultado estable de las fuerzas opuestas Caos y Orden. Este es el principio de armonía propuesto por Heráclito, quien pensaba que la moralidad correcta se comportaba de acuerdo con el Logos, el equilibrio de los opuestos. (Esto influyó en pensadores posteriores como Hegel, quien describió el patrón de pensamiento humano como binario: tesis, antítesis, síntesis.) Platón también definió la justicia en el alma como un equilibrio de sus partes.

Aristóteles pensó en el cuerpo sano como signo de un carácter virtuoso siguiendo el concepto médico de salud vigente como un equilibrio entre los opuestos de frío/calor, seco/húmedo. Cada persona necesita un entrenamiento individual y una dieta para mantener este equilibrio. De manera similar, un alma sana requiere evitar el exceso de pasión que puede terminar en violencia. Sin embargo, no demostrar pasión puede llevar a un comportamiento aburrido y antisocial. Concluye que la bondad depende de elegir sabiamente el equilibrio que nos conviene como individuos.

- Aristóteles y Platón

Aunque Aristóteles fue discípulo de Platón, no estaban de acuerdo con las interpretaciones fundamentales de la realidad. Aristóteles tenía una visión empírica del mundo e insistía en la observación directa y la experiencia mediante un método inductivo. Platón prefirió mirar más allá de la entrada sensorial hacia el idealismo, un mundo abstracto de perfección que llamó Formas, utilizando el razonamiento deductivo. Ambos creían que los pensamientos eran superiores a los sentidos. Sin embargo, mientras que Platón creía que los sentidos podían engañar a una persona, Aristóteles afirmó que los sentidos eran necesarios para determinar correctamente la realidad. En su Alegoría de la cueva, Platón dijo que los prisioneros solo podían ver sombras, por lo que su única realidad era los pensamientos. Para Aristóteles, la solución sería salir de la cueva y descubrir qué estaba proyectando las sombras, en lugar de confiar en las experiencias mentales.

En Ética,  Aristóteles es crítico con la forma del bien de Platón. Afirma que no existe una Forma universal única, sino una variedad de muchas virtudes. En cuanto a la Ley, Platón pensaba que las leyes no serían necesarias si las personas fueran buenas y estuvieran debidamente educadas, Aristóteles creía que las leyes eran necesarias para guiarnos hacia el bien. Platón ofreció formas generales; Aristóteles ofreció un camino específico para obtener las mismas virtudes.

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