Capitulos

El protestantismo y el catolicismo comparados en sus efectos sobre la civilización de Europa por J. Balmes


Contexto

La política del siglo XIX en España giró en torno a los intentos pendulares de acordar una constitución. Las redacciones oscilaron entre puntos de vista liberales y conservadores, pero estas constituciones fluctuantes tuvieron poco efecto en la vida social y política. No obstante, el conflicto entre los absolutistas carlistas y los partidos liberales, estalló en una Guerra Civil (1833-39). En general las constituciones conservadoras se mantuvieron en vigor durante más tiempo que las liberales. Por ejemplo, la constitución de 1845 duró la mayor parte del régimen de Isabel II y la de 1876 durante la mayor parte de la Restauración borbónica. 

El siglo XIX también vio un renacimiento católico en Europa, del que Balmes (1810-1848) se convirtió en un representante en España. Chateaubriand había publicado El genio del cristianismo en 1802, comenzando una narración que reconocía la Iglesia medieval como sintetizador de la cultura pagana europea con el cristianismo:

“La religión cristiana es la más poética y humana, la más favorable a la libertad, a las artes y a las letras. El mundo moderno le debe todo”.

Esta concepción de la Europa cristiana incluía la protesta contra los Estados todopoderosos que estaban surgiendo. La Iglesia había contenido a las autoridades públicas subrayando la libertad de conciencia, la paz y la abolición de la esclavitud. Era un tema que fue retomado por los católicos ultramontanistas que ensalzaban el papel y el poder del papado. Tenía una larga tradición en España porque en el siglo anterior Carlos III ya había rechazado los argumentos ultramontanistas de que la Iglesia tenía derechos en el ámbito secular. En cambio los jesuitas formaron parte de la resistencia contra la monarquía.

Los ultramontanistas no sólo apoyaron las limitaciones de la Iglesia al poder civil sino que se negaron a reconocer las libertades modernas, promulgadas por la revolución francesa, como parte de la tradición cristiana, y denunciaron su origen en la Reforma Protestante. Querían reconstruir Europa a través del establecimiento de estados sumisos al Papa. Esta idea fue incluida en el magisterio de la Iglesia en 1850, después de la derrota de la insurrección en los Estados Pontificios italianos, apoyada por la Francia napoleónica.

En filosofía Balmes promocionaba una epistemología que dividía la verdad en tres clases: las verdades subjetivas, las racionales y las objetivas. La verdad subjetiva es cartesiana; la verdad racional es aristotélica; la verdad objetiva se basa en la teoría del sentido común de Reid. Balmes afirma que la metafísica debe apoyarse en los tres al mismo tiempo y rechaza la exclusividad de cada uno.

El autor también estuvo influido por el pensamiento escolástico. Sobre los principios que rigen la sociedad afirmó:

Aquellos principios que no son de ninguna escuela, que no son nuevos, sino viejos como el mundo mismo, existentes desde la eternidad en el paradigma de toda perfección, comunicados a las sociedades como un soplo de vida…. Razón, justicia, buena fe: estas son las palabras que el gobierno debe escribir en su bandera”. 

Estos son los principios de Tomás de Aquino. El autor sigue a Aquino cuando subraya que el poder legítimo debe estar sujeto a la ley y la ley a la razón. En derecho constitucional advierte que:

“...habituando a los pueblos y gobiernos a no respetar las leyes establece hábitos de regla puramente discrecional y obediencia forzada; esto equivale a asegurar que el país vivirá continuamente en el despotismo o la anarquía”.

La concepción balmesiana del poder civil, (su origen, atributos y límites) también se basó en autores de la escuela salmantina posescolástica de finales del siglo XVI, como Suárez.

Balmes optó por exponer sus argumentos siguiendo un modelo apologético, al igual que los escolásticos. Su premisa básica era que la razón podía dilucidar el sentido de la historia. Ofrece una gran visión que le permite relacionar temas históricos clave con la filosofía, la política y la teología, sustentada en la creencia de que la razón puede perfeccionarse a través de la fe.

A pesar de no tener una experiencia directa del protestantismo, en El protestantismo y el catolicismo comparados en sus efectos sobre la civilización de Europa, Balmes concluyó que había tenido un efecto negativo sobre la civilización europea y

"... torció el curso de esta civilización europea y causó un daño inmenso a las sociedades modernas".

Resumen

El protestantismo y el catolicismo comparados en sus efectos sobre la civilización de Europa (1842-44) se publicó en 3 volúmenes.

El resumen y el texto están en:

(Enciclopedia hispano-católica universal)

Temas

Conciencia

La concepción de conciencia de Balmes estuvo influenciada por la epistemología kantiana. Afirma que es una experiencia subjetiva, una percepción del fenómeno, no de la realidad. Sin embargo, Balmes no excluye que la certeza realizada no sea cierta. No hay objetividad en la conciencia. Es una presencia.

Coincidiendo con Schelling, Balmes piensa que el Arte puede expresar la conciencia pura, pero excluye la capacidad del lenguaje para articular la conciencia. No hay error en la conciencia interna. Esto viene con su correspondencia con el exterior. 

Balmes, en desacuerdo con el concepto de máquina animal de Descartes, considera que los animales tienen conciencia, pero sólo a través de la sensación. Los humanos poseen conciencia refleja, la capacidad de reflexionar sobre las sensaciones de la conciencia directa. 

Evidencia

La evidencia del conocimiento, para Balmes, se puede dividir en dos tipos. La evidencia inmediata no necesita prueba, ya que es un conocimiento a priori, por ejemplo todo objeto es igual a sí mismo. La evidencia mediata, sin embargo, exige demostración.

La evidencia no aprehende los hechos, sino sus relaciones. De manera similar al análisis de Kant, la idea del predicado se mantiene en el sujeto. La base de la evidencia es la razón, acompañada de los sentidos. Para Balmes es mejor el análisis de la conciencia que el de la evidencia.

Instinto intelectual

La correspondencia entre la idea y la realidad es el instinto intelectual que no es animal, sino racional. Nos dice que lo que vemos existe, o que tiene una representación. Se basa en el sentido común, que incluye la inconsciencia que hace que los hechos sean evidentes, como las verdades morales y científicas.

Balmes afirma que el cogito ergo sum (pienso, luego existo) de Descartes corre el riesgo de reducir el saber a algo lógico e intelectual. Para Balmes la conciencia trasciende el 'cogito' porque es donde reside la experiencia y adquiere sentido.

Política

Balmes adaptó una actitud conciliadora a los acontecimientos políticos. Sugirió matrimonio entre Isabel II y su primo Borbón Carlos, para evitar la guerra. Sin embargo, más que soluciones selectivas, Balmes abogó por un plan constitucional que adaptara la ley fundamental a las realidades sociales. Sus sugerencias no encontraron apoyo, pero el estallido de la guerra y los constantes retoques a la constitución fueron los resultados.

El autor también ofreció un enfoque pragmático de los acontecimientos políticos. Rechaza la vuelta al absolutismo y promueve la continuidad con el pasado a través de la apertura a las realidades de la época. Incluye el catolicismo, la monarquía y el Parlamento como elementos esenciales de la tradición. Reconoció que la antigua nobleza había sido sustituida por el dinero y la inteligencia de la burguesía y aconsejó que esto debería reflejarse en el proceso político.

En su plan constitucional Balmes defiende el papel de la oposición en el control del gobierno y la preparación de la libertad y defensa contra el centralismo para los vascos, navarros y catalanes. Sin embargo, rechaza el concepto de independencia y los modelos importados de federalismo.


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